¿Qué son los agentes antineoplásicos?

Los agentes antineoplásicos son fármacos diseñados para atacar neoplasias, áreas de crecimiento anormal de tejido caracterizadas por un crecimiento celular rápido. Si bien algunas neoplasias son benignas, otras son malignas y pueden ser dañinas. Los antineoplásicos se utilizan para tratar neoplasias malignas, con el objetivo de prevenir su propagación, destruir la neoplasia, ralentizar la tasa de crecimiento o limitar de otro modo las acciones de la neoplasia.

Hay varias clases diferentes de agentes antineoplásicos. Todos estos medicamentos están diseñados para actuar de alguna manera sobre las células que se dividen rápidamente dentro del crecimiento. Esto puede ser problemático, porque muchos agentes antineoplásicos no pueden diferenciar entre células malignas y benignas o incluso beneficiosas. Las personas que toman estos medicamentos pueden experimentar efectos secundarios graves porque los medicamentos atacarán tanto sus células sanas como las no saludables.

Los fármacos de quimioterapia son un ejemplo bien conocido de agentes antineoplásicos. Cuando un médico prescribe tales medicamentos, se realizan pruebas para determinar qué tipo de medicamento sería más efectivo y qué dosis sería la más apropiada. Los agentes antineoplásicos a menudo se usan como parte de un plan de terapia más amplio, como cuando alguien recibe cirugía, quimioterapia y radiación para eliminar un crecimiento canceroso y reducir la posibilidad de que el crecimiento regrese. Los planes de tratamiento que involucran estos medicamentos suelen ser supervisados ​​por un oncólogo que se especializa en la atención del cáncer.

Dichos medicamentos pueden dañar el hígado, los pulmones, el corazón y los riñones de los pacientes, y también suelen provocar infertilidad. Los pacientes también pueden experimentar efectos secundarios como retención de agua, náuseas, vómitos, dolores de cabeza y fatiga mientras toman los medicamentos. Estos medicamentos datan de la década de 1940 y varias compañías farmacéuticas han explorado nuevas formulaciones y aplicaciones para ellos, con el objetivo de desarrollar medicamentos que se dirijan estrechamente a una neoplasia y no eliminen tantas células sanas en el proceso.

Las personas que trabajan con agentes antineoplásicos, como enfermeras, farmacéuticos y técnicos hospitalarios, deben tener cuidado. La exposición prolongada a estos medicamentos puede provocar una serie de efectos nocivos para la salud. Es importante usar guantes y observar las precauciones adecuadas al manipular estos medicamentos para reducir el riesgo de exposición y estar atento a los signos de problemas de salud emergentes que podrían estar relacionados con la exposición a estos medicamentos. Controlar el acceso a las áreas donde se almacenan y utilizan estos medicamentos también es clave, de modo que solo el personal autorizado con la capacitación adecuada pueda ingresar a las áreas donde podrían estar expuestos.