¿Cuáles son los diferentes tipos de tratamientos con cortisol?

El cortisol es una hormona producida naturalmente por el cuerpo humano. Esta hormona ayuda a controlar y regular funciones corporales como la presión arterial y la función del sistema inmunológico. Cuando los niveles de cortisol del cuerpo son anormales, pueden surgir varios problemas médicos. Si esto sucede, se puede usar una forma sintética de cortisol para tratar estas afecciones. Las formas sintéticas de cortisol, conocidas como corticosteroides o cortisona, se pueden administrar en forma de tabletas, cremas o inyecciones.

Los tratamientos con cortisol se utilizan para varios tipos diferentes de afecciones médicas, incluidos los trastornos de la piel, el asma y el lupus. Los tratamientos con cortisol también se utilizan en pacientes que se someten a un trasplante de órganos para reducir las posibilidades de rechazo de órganos. El tipo de tratamiento necesario dependerá de la condición de origen, así como de la salud general del paciente.

Las cremas de cortisona se utilizan a menudo en los tratamientos con cortisol. Estas cremas están disponibles sin receta, aunque a veces se necesitan dosis con receta. Los tratamientos con cortisol que implican el uso de cremas son opciones populares en pacientes que padecen enfermedades inflamatorias como artritis o lupus. Estas cremas también se usan para tratar una variedad de afecciones de la piel, como el eccema o la psoriasis.

Otro de los tratamientos con cortisol más típicos implica el uso de tabletas de corticosteroides. Estos tipos de medicamentos generalmente se recetan para afecciones inflamatorias como el lupus, el asma o una afección digestiva llamada colitis ulcerosa. Ciertas formas de artritis también pueden responder bien a este tipo de tratamiento. Los corticosteroides a menudo también se usan para ayudar a prevenir el rechazo de órganos durante y después de los trasplantes.

Las inyecciones de cortisona son otro de los tratamientos de cortisol más comunes. Estas inyecciones generalmente se administran en la articulación afectada en un esfuerzo por reducir la inflamación. Condiciones como la artritis a menudo se tratan con este método, así como con cremas o tabletas. En realidad, es bastante común que un médico prescriba múltiples tratamientos con cortisol a la vez.

Existen algunos posibles efectos secundarios negativos de los tratamientos con cortisol. La retención de líquidos, o hinchazón, es común cuando se somete a este tipo de tratamiento, lo que a menudo conduce a un aumento de peso. También se informa con frecuencia un aumento de la presión arterial y debe vigilarse de cerca. Un paciente puede volverse más susceptible a desarrollar varios tipos de infecciones mientras se somete a tratamientos con cortisol. Los chequeos frecuentes y una buena comunicación con el equipo médico pueden ayudar a minimizar algunos de los efectos secundarios negativos que se experimentan durante el tratamiento con cualquier tipo de terapia con cortisol.