Un chaleco de halo, también conocido como corona de halo o anillo de halo, es un dispositivo estabilizador ortopédico que se utiliza para inmovilizar a los pacientes que sufren lesiones o enfermedades de la columna cervical. Está diseñado para proporcionar tracción y soporte a la columna vertebral e inhibir cualquier movimiento no deseado de o alrededor del área dañada o tratada. Desarrollado en la década de 1950, el chaleco halo se ha convertido en un componente fundamental para el tratamiento de enfermedades y lesiones de la columna.
El término «halo» se refiere a un anillo de metal circular que se adhiere a la cabeza del paciente por medio de cuatro alfileres de metal, dos a cada lado. Después de recibir anestesia local, estos pasadores se sujetan de forma segura a la cabeza del paciente. La corona está conectada por cuatro varillas de metal a un chaleco ajustado que cubre el pecho y el abdomen del paciente, sujeto a las correas de los hombros. El chaleco en sí está hecho de una capa exterior rígida de plástico, bien acolchada en el interior para mayor comodidad.
El objetivo principal de un chaleco halo es inmovilizar la columna al restringir el movimiento de la cabeza, el cuello y la parte superior del cuerpo. Esto permite la curación adecuada de la región espinal dañada o enferma. Antes del desarrollo del anillo de halo, las patentes se mantenían inmóviles al estar firmemente atadas a su cama de hospital. Este tratamiento produjo efectos secundarios inevitables, como úlceras de decúbito, que complicaron y alargaron los períodos de tratamiento y recuperación.
El chaleco halo resolvió eficazmente estos problemas al eliminar la necesidad de que los pacientes permanecieran postrados en cama, al tiempo que mantenía la estabilidad e inmovilización de la columna vertebral, la cabeza, el cuello y el torso. La aplicación de un chaleco de halo directamente después de las lesiones de la columna permite un apoyo y tracción inmediatos. Esto reduce en gran medida el tiempo de recuperación y reduce el riesgo de complicaciones, como infecciones.
A los pacientes se les puede colocar un chaleco halo como alternativa a la cirugía o como un medio posoperatorio para estabilizar el área tratada. En ambos casos, la mayoría de los pacientes que usan un chaleco de halo experimentan muy pocas molestias mientras el dispositivo sostiene y proporciona tracción a la región espinal. En todos los casos, el chaleco halo ejerce una fuerza constante sobre la región espinal, lo que acelera el período de recuperación, al tiempo que limita el movimiento de la zona afectada que interferiría o impediría el proceso de curación. Dependiendo de la naturaleza de la lesión o enfermedad de la columna, los pacientes pueden usar el chaleco halo durante varios meses. Su adopción ha aumentado considerablemente la tasa de éxito en el tratamiento de problemas de la columna vertebral.