¿Qué es una nefrotomía?

Una nefrotomía es un procedimiento quirúrgico que corta el riñón. Esto no debe confundirse con una nefrectomía, donde se extrae el riñón, o una nefrostomía, donde se crea un orificio en el riñón para el drenaje. Hay varias razones por las que un cirujano puede recomendar esto como parte de un curso de tratamiento para un paciente, y puede combinarse con otros tratamientos para abordar un problema como los cálculos renales. El tiempo de recuperación puede depender del motivo del procedimiento.

Históricamente, la nefrotomía era un procedimiento de último recurso para los cálculos renales. Si los pacientes no pueden eliminar los cálculos por sí mismos, un cirujano puede cortar directamente el riñón para extraerlos. Hoy en día, se pueden considerar varias opciones, incluida la inserción de un catéter e ingresar al riñón de esa manera antes de cortar el órgano. Estos son menos invasivos y pueden generar menos efectos secundarios, además de mantener al paciente más cómodo. Puede haber casos extremos en los que aún sea necesario acceder al riñón con una nefrotomía.

Este procedimiento también se puede utilizar para cortar el riñón con el fin de drenar y tratar un absceso. En este caso, el objetivo es eliminar el material infectado para evitar la muerte del tejido y limitar la hinchazón. Se puede insertar un drenaje temporal para que, a medida que se acumule pus y otros materiales, tengan una ruta de escape. A diferencia de una nefrostomía, el objetivo no es proporcionar un orificio de drenaje de mediano a largo alcance para el riñón, como podría ser necesario para pacientes con cánceres urológicos y otras afecciones que inhiben el drenaje renal normal.

Antes de que un cirujano realice una nefrotomía, el paciente es examinado cuidadosamente para detectar cualquier factor de riesgo que deba considerarse en el quirófano. Estos pueden incluir alergias a los anestésicos, una infección subyacente o una enfermedad cardiovascular. En la cirugía, el médico puede hacer una incisión laparoscópica para acceder al órgano, o puede ser necesaria una incisión abierta para exponer el área. Después de hacer el corte y resolver el problema, el cirujano puede volver a coserlo y vendar la herida para que el paciente pueda recuperarse.

El dolor y el dolor abdominal pueden ser comunes después de una nefrotomía, y los pacientes pueden notar orina turbia o con sangre durante varios días a medida que el órgano sana. Se pueden recomendar antibióticos como profilaxis para prevenir infecciones y se puede monitorear al paciente para detectar signos de complicaciones. Los indicadores de un problema pueden incluir sensibilidad abdominal extrema, dificultad para orinar y cambios en la química sanguínea que sugieren que el riñón puede estar fallando.