El clorhidrato de levamisol es un medicamento que se puede usar para tratar ciertos cánceres y un trastorno renal en niños llamado síndrome nefrótico. Los animales con infestaciones de gusanos también pueden recibir el medicamento, pero no se usa para este propósito en humanos. Algunos efectos secundarios graves están asociados con el uso de hidrocloruro de levamisol, que incluyen inmunosupresión, daño al sistema nervioso y depresión de la eficiencia de la médula ósea en el cuerpo.
Cuando se usa para tratar el cáncer, el clorhidrato de levamisol puede ralentizar potencialmente el crecimiento de las células cancerosas y evitar que se propaguen. Los cánceres que pueden reaccionar favorablemente son el melanoma maligno y un cáncer de colon llamado estadio C de Dukes, pero solo en determinadas condiciones. Para el melanoma, el tumor primario debe haber sido extirpado quirúrgicamente y no debe existir evidencia de diseminación. En el caso del cáncer de colon de Dukes, se debe extirpar el tumor inicial, junto con cualquier diseminación localizada de los ganglios linfáticos, y no debe haber cáncer diseminado. Por lo general, el medicamento se acompaña de otro medicamento contra el cáncer para estas afecciones.
Además de estos cánceres, el hidrocloruro de levamisol también puede formar parte de un tratamiento para el síndrome nefrótico en niños. Este síndrome significa que los riñones de un niño no funcionan correctamente; los corticosteroides son un tratamiento típico para esta afección. A veces, sin embargo, la enfermedad se vuelve inmune a los efectos de los esteroides y el levamisol puede ayudar a aliviar los síntomas. El medicamento también se puede usar en lugar de ciclosporinas u otros medicamentos similares que también pueden beneficiar a los riñones.
En el campo veterinario, el hidrocloruro de levamisol está clasificado como antihelmíntico, lo que significa que puede eliminar las infecciones por gusanos. Para ello, paraliza los gusanos dentro del cuerpo para que no puedan anclarse en los tejidos y, por lo tanto, sean expulsados del tracto intestinal junto con las heces. La droga no se usa para este propósito en humanos.
Las reacciones alérgicas son posibles con el hidrocloruro de levamisol, y pueden ser tan graves que la cara se hincha y las vías respiratorias se cierran, impidiendo una respiración adecuada. Los niveles de células en la sangre y células en la médula ósea pueden descender por debajo de los niveles saludables. Esto puede hacer que el paciente que usa el medicamento sea más propenso a infecciones y síntomas como escalofríos y cansancio. Los niños con síndrome nefrótico, en especial, generalmente son monitoreados para detectar signos de problemas en la sangre o la médula ósea durante todo el tratamiento.
La droga también puede afectar el sistema nervioso y producir problemas como debilidad en el sistema muscular, confusión mental y convulsiones. Sin embargo, con mayor frecuencia, los pacientes experimentan problemas menos graves como vómitos, picazón en la piel y úlceras en la boca. Las personas que pueden no ser candidatas adecuadas para el tratamiento con levamisol incluyen aquellas con problemas hepáticos, las que toman warfarina y las que toman medicamentos con fenitoína.