¿Qué es la terapia complementaria?

La terapia complementaria es un tipo de terapia no médica que se usa junto con tratamientos médicos más convencionales. Este tipo de terapia puede comprender muchos tratamientos diferentes, incluida la terapia de acupuntura, homeopatía y estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS). Aunque muchos de estos tratamientos todavía se consideran alternativos, algunos tipos de terapia complementaria se han vuelto tan ampliamente aceptados por el establecimiento médico que están cubiertos por el seguro médico en algunos países. Un ejemplo de ello es la acupuntura, que en los Estados Unidos está incluida en las pólizas de muchas compañías de seguros privadas.

Existen muchos tipos de terapias complementarias. Los más comunes incluyen tratamientos alternativos como la acupuntura, los tratamientos quiroprácticos y la terapia TENS. En acupuntura, las agujas se insertan en puntos críticos de presión en el cuerpo para aliviar el dolor, el estrés y otros síntomas. La terapia TENS estimula puntos de presión similares con descargas eléctricas leves y se usa en el tratamiento de una variedad de trastornos de dolor crónico. La terapia quiropráctica implica la manipulación de la columna y otras articulaciones para mejorar la salud y el bienestar.

Aunque los términos “terapia alternativa” y “terapia complementaria” a menudo se usan indistintamente, no son exactamente lo mismo, incluso si se refieren a los mismos tipos de tratamiento. Una terapia alternativa es aquella que se usa en lugar del tratamiento médico convencional. Por el contrario, las terapias complementarias se utilizan además del tratamiento médico. Por tanto, un mismo tratamiento puede considerarse alternativo o complementario, dependiendo de la situación concreta en la que se esté utilizando.

Otro elemento confuso de esta distinción es que el término «terapia complementaria» surgió en gran parte debido a un cambio en la forma de pensar sobre los tratamientos en sí. Antes de la década de 1990, los tratamientos como la acupuntura y la terapia TENS se consideraban más «charlatanería» que tratamientos legítimos. Sin embargo, en la década de 1990, la creciente popularidad de este tipo de tratamientos obligó al establecimiento médico a tomarlos más en serio. Como resultado, se han vuelto cada vez más comunes, hasta el punto de que muchas terapias alternativas se utilizan a menudo junto con los tratamientos médicos. El uso de tales tratamientos para complementar el tratamiento médico dio lugar a su consideración como complementarios en lugar de alternativos.

Aunque las terapias complementarias se utilizan junto con los tratamientos médicos convencionales, son bastante diferentes en términos filosóficos. En general, la diferencia más significativa es que los tratamientos complementarios tienden a utilizar un enfoque más holístico, ya que el enfoque del tratamiento está en la persona en su totalidad, en lugar de en la enfermedad y sus síntomas. Por ejemplo, un médico puede recetar analgésicos y medicamentos contra las náuseas a alguien que sufre migrañas. Por el contrario, un médico holístico podría sugerir masajes, técnicas de relajación o acupuntura además de la medicación.