¿Cuáles son los signos de una sobredosis de bloqueadores beta?

Una sobredosis de bloqueadores beta generalmente afecta varios de los sistemas del cuerpo, incluidos los pulmones, los ojos, el corazón y el sistema nervioso. Puede comenzar con síntomas leves, como confusión, presión arterial baja o aturdimiento y progresar a efectos potencialmente mortales, como insuficiencia cardíaca y coma. En su mayor parte, los síntomas de una convulsión son una amplificación excesiva de los efectos que se supone que tiene este medicamento para la presión arterial alta.

Los pacientes que están experimentando una sobredosis de betabloqueantes pueden tener problemas para respirar o no poder respirar en absoluto. Las personas con asma también pueden comenzar a respirar con dificultad. La visión borrosa o doble también es un síntoma común de una sobredosis.
Algunos pacientes pueden sufrir un shock o sufrir insuficiencia cardíaca durante una sobredosis de betabloqueantes. Otros pueden sentirse mareados o tener la presión arterial baja. Los latidos del corazón de una persona pueden volverse irregulares, rápidos o lentos debido a una sobredosis.

Una sobredosis de betabloqueantes también puede causar confusión, nerviosismo, sudoración profusa o fiebre. Los pacientes pueden sentirse débiles o sufrir convulsiones. Una sobredosis avanzada o particularmente grave puede provocar coma.

En caso de sobredosis de betabloqueantes, se debe buscar atención médica de emergencia para el paciente. Al pedir ayuda, es importante saber qué medicamento se tomó, cuándo se tomó, cuánto se ingirió y si el medicamento se recetó a la persona que sufrió la sobredosis. La persona que llama también debe intentar tener información sobre la condición física, el peso y la edad del paciente.

Al tratar una sobredosis de betabloqueantes, la mayoría de los profesionales médicos intentarán simultáneamente mantener vivo al paciente, detener la propagación del fármaco por el cuerpo y tratar los síntomas de la sobredosis. El soporte respiratorio, la administración de líquidos por vía intravenosa (IV) para elevar la presión arterial y los esfuerzos para normalizar la frecuencia cardíaca pueden ayudar a mantener vivo al paciente mientras se contiene la sobredosis. Un médico también puede administrar medicamentos para tratar las convulsiones y mantener la presión arterial normal. El carbón activado puede absorber la droga, mientras que el bombeo del estómago puede ayudar a limpiar el sistema. Pruebas como un electrocardiograma (EKG) pueden ayudar al médico a evaluar cuánto daño ha causado la sobredosis.

Para evitar una sobredosis, los betabloqueantes deben tomarse exactamente según lo prescrito. A menudo, es más fácil asegurarse de que se consume la cantidad adecuada de medicamento si se toma a la misma hora todos los días. Los pacientes también deben asistir a todas las citas con sus médicos, ya que en ocasiones es posible que sea necesario ajustar las cantidades de dosis.