Un dispositivo de haluro es un tipo de luz versátil y potente. Sus usos comunes van desde iluminar estadios deportivos y grandes tiendas minoristas hasta nutrir el crecimiento de plantas en invernaderos. Los accesorios de haluro se emplean comúnmente entre los propietarios de viviendas como reflectores y como fuentes de luz para acuarios, particularmente aquellos que albergan criaturas que requieren condiciones brillantes para prosperar.
Este tipo de luz utiliza un compuesto químico conocido como haluro, que es un átomo de halógeno combinado con un elemento más electropositivo. Las lámparas de halogenuros utilizan arcos de gas o vapor como conductores, una característica que aumenta enormemente su longevidad. Las bombillas incandescentes, por otro lado, se basan en filamentos de metal que se desgastan más rápidamente y reducen en gran medida su vida útil.
Aunque generalmente es más caro de usar, una lámpara de haluro durará aproximadamente 20 veces más que las bombillas incandescentes. Su vida útil es comparable a la de otras lámparas de descarga de alta intensidad (HID) como el mercurio y el vapor de sodio.
No es raro que un dispositivo de haluro emita un intenso resplandor blanquecino. Estas luces son adaptables en términos de temperatura de color y pueden imitar de cerca la luz del día. Esta adaptabilidad, a veces denominada «iluminación inteligente», ha llevado a su uso generalizado en la producción de cine y teatro en vivo. Su adaptabilidad también los ha hecho populares en los acuarios domésticos, especialmente aquellos que contienen criaturas más sensibles a la luz, como los habitantes de los arrecifes de coral.
A menudo se prefiere un dispositivo de haluro porque puede generar luz de manera mucho más eficiente que sus contrapartes incandescentes, fluorescentes y de vapor de mercurio. Por ejemplo, una sola lámpara de haluro metálico de 100 vatios puede generar cinco veces más luz, medida en lúmenes por vatio, que una bombilla incandescente ordinaria de 100 vatios. Las lámparas de halogenuros generan de 65 a 115 lúmenes por vatio, que es mucho más fuerte que las luces fluorescentes (30 a 98 lúmenes por vatio) y el vapor de mercurio (35-58 lúmenes por vatio). Sin embargo, la potencia del dispositivo de haluro viene con el requisito de conexiones especiales.
La poderosa luz generada por las lámparas de halogenuros también crea un calor intenso, lo que significa que las lámparas pueden causar quemaduras graves si se manipulan incorrectamente. Otra preocupación es la radiación ultravioleta, que puede filtrarse a través de los sellos rotos y, con el tiempo, causar irritación similar a una quemadura solar y dañar la vista. Muchos propietarios de acuarios se han quejado de visión borrosa después de la exposición a accesorios de haluro brillante. Los fabricantes recomiendan no mirar nunca directamente a las bombillas, aunque solo una bombilla rota permitirá que los rayos ultravioleta lleguen a los ojos. También aconsejan dar a las luces el tiempo suficiente para que se enfríen antes de manipularlas.
La historia de la iluminación de halogenuros se remonta a 1912, cuando el renombrado ingeniero de General Electric, Charles Steinmetz, patentó una de las primeras formas de la lámpara. Las luces que utilizan tecnología de haluros no estuvieron disponibles para el público en general hasta la década de 1960.