Ficus es un gran género de plantas nativas de los trópicos del mundo. Este género es increíblemente diverso, con una amplia gama de representantes desde el higo común comestible y querido hasta el higo llorón decorativo, también conocido como higo Benjamin. Este género tiene un enorme valor comercial, gracias a la variedad de usos que pueden dar sus representantes, y también es valorado culturalmente en muchas regiones del mundo, con los higos jugando un papel en la mitología y la historia en las regiones tropicales y templadas de el mundo.
Debido a que este género es muy diverso, es difícil hacer generalizaciones sobre los higos. Los higos pueden ser arbustos, arbustos o enredaderas, con hojas simples de lobular. Muchos producen raíces aéreas, que pueden usarse como rasgo de identificación, y también tienen frutos distintivos conocidos como higos. Dependiendo de la especie, los frutos pueden ser comestibles, y los higos se cultivan en todo Oriente Medio para el consumo.
Algunos representantes conocidos del género ficus incluyen el higo común, el higo sagrado, el baniano y el higo llorón. Los higos comunes vienen en varios cultivares desarrollados para satisfacer diversas necesidades y gustos, desde pequeños higos verdes agrios hasta grandes y suaves higos Mission que son tan oscuros que son casi negros. El higo sagrado es importante para los seguidores de algunas religiones asiáticas, incluido el budismo, y en muchas comunidades asiáticas se conservan especímenes para las personas que desean meditar cerca de un higo sagrado.
Los higos llorones se conservan comúnmente como plantas de interior en muchas regiones del mundo, y en algunos lugares, cuando la gente dice «ficus», la gente no piensa en el género de higos, sino en el higo llorón. Esta planta puede ser entrenada para crecer como un árbol pequeño, y es famosa por su indestructibilidad y apariencia relativamente aburrida. De hecho, los higos llorones pueden ser bastante bonitos, especialmente cuando se les da forma y se les adiestra, y no son indestructibles.
A una planta de ficus le gusta mucha luz indirecta brillante y un área libre de corrientes de aire frías. Estas plantas son muy susceptibles a la pudrición de la raíz y deben plantarse con una capa de grava o roca para promover el drenaje. Muchas personas también riegan en exceso sus plantas de ficus, lo que hace que las hojas se pongan amarillas y se caigan. A estas plantas les gusta que las rieguen cuando el suelo está seco, y es una buena idea meter un dedo en el suelo para confirmar que realmente está seco por debajo, no solo seco en la superficie.