A diferencia de las cercas construidas o «duras» hechas de materiales como madera, hierro o eslabones de cadena, una cerca viva está hecha de árboles, arbustos u otras plantas para crear una barrera natural o barrera «softscape». Una cerca viva puede ser un seto informal, una hilera de árboles de hoja perenne o una espaldera cuidadosamente entrenada que se cultiva a lo largo de una pared. Las principales diferencias entre una cerca viva y una artificial es que es más permanente y crece con el tiempo en lugar de instalarse. Las cercas vivientes densamente cultivadas son excelentes pantallas de privacidad, lo que evita que los vecinos vean el área protegida y también ocultan las vistas poco atractivas.
Los arbustos son un tipo popular de planta que se utiliza para cercas vivas. Un seto consiste en arbustos uniformes, como bojes o acebos, que están espaciados y podados uniformemente para que las ramas eventualmente se entrelacen y creen una “pared” sólida. A menudo, los setos se recortan cuidadosamente en una forma específica, creando una apariencia limpia. Se permite que las cercas vivas de arbustos sueltos crezcan de manera más natural y pueden consistir en diferentes tipos de arbustos dentro de una cerca. Este tipo de valla es la preferida por los naturalistas que disfrutan viendo los cambios estacionales como la floración y la fructificación, que también atraen a las aves.
Los arbustos altos o árboles de ramas gruesas también se utilizan eficazmente como cercas de privacidad vivientes, especialmente para propiedades grandes o propiedades que están bordeadas por carreteras y calles concurridas. Los árboles de hoja perenne funcionan muy bien para este tipo de cerca, porque mantienen su follaje espeso durante todo el año. Dependiendo del tipo de árbol de hoja perenne seleccionado y de las condiciones de cultivo locales, estas cercas pueden llegar a ser muy altas. A medida que los árboles de hoja perenne crecen más altos y más densos, la cerca viva también funcionará como un cortavientos para proteger el paisaje más frágil dentro del área cercada.
Las plantas de espaldilla implican un tipo de forma de árbol que se utiliza para crear diseños intrincados a lo largo de una pared existente. Esta práctica de dar forma crea la impresión de una pared viva. Los árboles se podan y las ramas se amarran a soportes para que el árbol crezca en una forma vertical y aplanada a lo largo de la pared. La práctica se ha desarrollado internacionalmente durante cientos de años utilizando patrones formales y reconocibles como la espaldera en forma de V, la cerca belga, un cordón, una pasarela y el candelabro Verrier. Los cables de soporte se unen a la pared y se atan a las ramas, lo que las obliga a crecer de acuerdo con el patrón predeterminado.
Los factores importantes que se deben considerar al plantar una cerca viva incluyen las condiciones de crecimiento, los tipos de plantas y los requisitos de espacio. Las plantas necesitan una cantidad significativa de luz solar y humedad, y la ubicación de la cerca debe adaptarse a estas necesidades. El tipo de plantas seleccionadas para el cercado debe ser apropiado para la zona climática en la que se cultivarán, y se debe prestar atención a los requisitos específicos de nutrientes y mantenimiento de la planta para que el cercado tenga éxito. El espaciamiento final de las plantas maduras, no las plántulas jóvenes, es fundamental durante la siembra inicial porque los sistemas de raíces necesitarán mucho espacio y acceso a los nutrientes. Si las plántulas jóvenes se apiñan demasiado juntas, las plantas pueden atrofiarse o morir prematuramente.