Las patas cabriolé son patas de muebles que presentan una elegante forma de doble curva. La parte superior de la pierna cabriolé se arquea hacia afuera en una curva convexa, mientras que la parte inferior se arquea hacia adentro para formar una curva cóncava. Las curvas ocurren en el mismo plano vertical y se unen en lo que se llama rodilla. La rodilla a veces se adorna con un diseño de madera tallada, que puede ser algo simple, como una concha, o un diseño más detallado, como hojas de acanto talladas.
El origen de las patas cabriolé se remonta a la época de los antiguos fabricantes de muebles chinos y griegos. Sin embargo, el nombre cabriole, aplicado a este tipo de pata de mueble, es un desarrollo bastante reciente, que data de su uso en el 1700 en el período de estilo rococó francés. La palabra cabriole se deriva de la palabra francesa cabrioler, que significa saltar como una cabra. La forma de la pata del mueble se parece mucho a la estructura de la pata trasera de una cabra.
Las patas del cabriolé pueden terminar de varias formas. Si datan del período de la reina Ana, generalmente terminarán en una delicada forma de almohadilla o pata. Si la pierna está hecha al estilo Chippendale, normalmente terminarán en una bola y una garra. A veces simplemente terminan en una bola.
La popularidad de la pata cabriolé persiste en el diseño de muebles en la actualidad. Este tipo de pata puede dar una apariencia elegante a un mueble. A pesar de su delicada apariencia, las patas cabriolé están bien equilibradas y pueden soportar muebles relativamente grandes.
Se han utilizado y se utilizan varios métodos de sujeción para sujetar la pata cabriolé al mueble que soporta. La cola de milano fue el principal método anterior para unir las patas, pero el uso de tacos se ha vuelto más popular en los últimos tiempos. Las patas también se pueden unir con una unión de mortaja y espiga, y los tornillos también son un método popular para sujetar las patas.
Debido a que las patas descapotables tienen una doble curva invertida en su diseño, no son tan fáciles de hacer como los estilos más rectos de patas de muebles. Deben estar hechos de una sola pieza de madera maciza. La construcción de la pata comienza haciendo una plantilla de cartón o un material similar. A veces se usa un torno para ayudar a dar forma, pero debido a las curvas opuestas, generalmente se usa una sierra de cinta. Una vez cortada la forma general de la madera, se utilizan otras herramientas manuales como raspadores, raspadores y diversos granos de papel de lija para darle a la pata su forma final.