El cardo es una planta vegetal grande y perenne, que pertenece a la familia Aster y es originaria del Mediterráneo y el sur de Europa. Crece como maleza en algunas áreas de los Estados Unidos, Australia y América del Sur, aunque rara vez se cultiva en estos lugares. La planta está relacionada con la alcachofa de globo y, a veces, se la conoce como cardo de alcachofa o alcachofa silvestre. Sin embargo, sigue habiendo cierto desacuerdo entre los botánicos sobre si la planta es simplemente una variedad de la alcachofa común o una especie completamente diferente.
El cardo se cultivó como cultivo alimenticio en la Grecia medieval, Roma y Europa, y fue introducido en los Estados Unidos en la década de 1790 por los cuáqueros. Siguió siendo una parte vital del primer huerto estadounidense, hasta que cayó en desgracia a finales del siglo XIX. Hoy en día, la hortaliza todavía se cultiva en España e Italia, pero sigue siendo relativamente desconocida en otras partes de Europa y América del Norte.
Una de las razones por las que la planta es tan impopular se debe a la gran cantidad de espacio necesario para cultivar. Cada planta puede crecer hasta siete pies (2.13 metros) de altura y se vuelve extremadamente invasiva en la mayoría de las áreas. Si las cabezas de las flores no se quitan antes de sembrar, la planta se naturalizará en todo el jardín y será difícil de eliminar.
En apariencia, la planta del cardo es bastante llamativa, con grandes flores púrpuras parecidas a cardos, hojas verdes anchas y tallos de flores similares a los del apio. Los tallos suelen estar cubiertos con pequeñas espinas invisibles que pueden alojarse en la piel cuando se manipulan y causar dolor e irritación. Hay varias variedades sin espinas disponibles, pero siempre se debe tener cuidado al manipular la planta para evitar lesiones.
El cardo se cultiva típicamente por sus tallos, aunque las hojas y raíces también son comestibles. Los tallos tienen un sabor que recuerda a la alcachofa y la hierba salsifí. Por lo general, se cuecen al vapor, estofados, horneados o asados, y muchos cocineros recomiendan blanquearlos durante al menos 30 minutos antes de prepararlos para reducir el amargor. Las raíces gruesas y carnosas de la planta se hierven y se sirven frías, solas o en ensaladas, y las hojas se pueden hervir o servir crudas, como espinacas u otras verduras.
Los tallos del cardo son ricos en sodio natural, pero también son una buena fuente de calcio, potasio y hierro. Son una buena cosecha para el compostaje, debido a la gran cantidad de hojas y tallos fibrosos que producen las plantas. El aceite de alcachofa se extrae de las semillas de cardo y la planta también se está investigando para su posible uso en la creación de biocombustible.