Una hoja de corona es una parte importante de cualquier máquina de vapor. Esta hoja se puede encontrar en cualquier embarcación que dependa de una caldera u horno para accionar un motor, incluidas las locomotoras y los barcos de vapor. Una lámina de corona bien mantenida y debidamente cuidada es clave para minimizar el riesgo de lesiones o muerte cuando se utilizan motores de vapor.
El vapor utilizado en una máquina de vapor proviene de una caldera grande ubicada en o cerca de la máquina. Esta caldera consta de un tanque lleno de agua, que se transforma en vapor cuando se calienta. Las cámaras de combustión de metal a menudo se colocaban dentro del tanque de agua en estos motores. Las cuadrillas podían simplemente colocar madera o carbón en la cámara de combustión a través de una abertura en la parte delantera, mientras que la parte superior, inferior y los lados de la caja estaban completamente sumergidos en agua en todo momento.
Los paneles de acero que componen la cámara de combustión se conocen como láminas, y el panel superior se conoce como lámina de corona. Un fuego dentro de la caja calentó estas láminas, que luego calentaron el agua circundante para producir vapor. A medida que el vapor viajaba a través del motor o salía por los conductos de humos, el nivel del agua en el tanque bajaba. El trabajo de cada ingeniero u trabajador era asegurarse de que este nivel de agua nunca bajara por debajo de la hoja de la corona y que la hoja de la corona estuviera siempre completamente cubierta de agua.
Los equipos confiaban en un simple visor ubicado en la parte frontal del tanque para ayudarlos a monitorear los niveles de agua. Si el agua caía por debajo del nivel de la hoja de la corona, las cuadrillas sabían que tenían que apagar el fuego inmediatamente y permitir que la caldera se enfriara. Si no lo hiciera, la hoja de la corona se colapsaría, lo que provocaría incendios o incluso explosiones. De hecho, muchos desastres de barcos de vapor o locomotoras de vapor pueden atribuirse a niveles de agua que caen por debajo de la capa de la corona.
Algunos trabajadores creían que el peligro podría evitarse simplemente agregando agua nuevamente al tanque para volver a subir los niveles y volver a sumergir la lámina de la corona. Esta agua relativamente fría que entraba en el tanque conducía a una rápida producción de vapor, lo que aumentaba considerablemente la presión en la caldera. Este exceso de presión ejercería demasiada presión sobre la hoja de la corona y, por lo general, provocaría explosiones.
Si bien las máquinas de vapor rara vez se usan hoy en día, muchos entusiastas de la historia intentan restaurar y operar viejas locomotoras o barcos de vapor. Debido a la antigüedad y la tecnología primitiva utilizada en estas máquinas, los usuarios y espectadores deben ser conscientes del peligro potencial asociado con estos motores. Además de monitorear cuidadosamente los niveles de agua, los operadores deben hacer que se inspeccione la cámara de combustión antes de su uso para asegurarse de que esté a la altura de las demandas de operación.