Los productores independientes de energía (IPP) son empresas que producen electricidad para venderla a los servicios públicos. Un IPP no es un servicio público, sino que se centra en la generación de electricidad, no en su transmisión. Algunos pueden vender a usuarios finales, dependiendo de las políticas energéticas y las normas de la industria en las áreas donde operan. No es raro que los productores de energía independientes junten sus recursos en una organización colectiva diseñada para ayudarlos a negociar los mejores precios con las empresas de servicios públicos a las que venden.
La prevalencia de productores de energía independientes varía en todo el mundo. En algunas naciones, son muy comunes e incluyen empresas privadas, cooperativas e instalaciones industriales que venden el exceso de energía a las empresas de servicios públicos con las que trabajan. En otras regiones, son más raras y operan a un nivel menor. Algunas asociaciones de productores se centran en regiones pequeñas, mientras que otras pueden abarcar continentes. Muchos están creciendo todo el tiempo al agregar nuevas instalaciones y servicios a su lista.
También conocido como generador que no es de servicios públicos (NUG), un productor de energía independiente generalmente no tiene instalaciones de transmisión. Puede generar energía usando una variedad de métodos, pero debe arrendar las instalaciones de transmisión de una empresa de servicios públicos, o la empresa de servicios públicos puede construir instalaciones de transmisión y mantenerlas como parte del contrato de venta con el productor de energía. Estas empresas generalmente tienen contratos con la empresa de servicios públicos con los que trabajan, que detallan cuánta energía deben generar, a qué tasa, etc.
Para las empresas de servicios públicos, comprar energía a precios mayoristas a través de IPP y revenderla a los consumidores puede ser más económico que generar energía, mantener una planta y obtener nuevas plantas en línea. También puede permitir que las empresas de servicios públicos ajusten su producción para satisfacer las necesidades cambiantes de los consumidores, evitando así apagones y otros problemas. Los productores de energía independientes pueden complementar la red para garantizar que siempre haya suficiente energía disponible, incluso durante períodos de alta demanda o períodos en los que las instalaciones de generación se ven obligadas a desconectarse por mantenimiento y otras razones.
La venta de energía eléctrica por parte de productores de energía independientes puede ser supervisada por el gobierno, que puede regular las tarifas a las que se vende la energía, además de regular la seguridad para confirmar que estas instalaciones no operan de manera peligrosa. En áreas donde la electricidad no está sujeta a regulaciones gubernamentales, los productores de energía independientes señalan que la competencia generada por múltiples productores ayuda a mantener los precios asequibles para los usuarios finales.