Hay una serie de efectos potencialmente perjudiciales comúnmente asociados con cualquier cantidad de agua en el aceite hidráulico, incluida la corrosión de la superficie y la fatiga acelerada de los componentes metálicos. Dado que el agua presente en el aceite hidráulico puede existir en tres estados distintos, los efectos específicos pueden depender de factores como la concentración de agua, el tipo de aceite y la temperatura de trabajo. El agua que está completamente disuelta en aceite hidráulico no suele estar asociada con la corrosión de la superficie, pero los niveles altos de agua disuelta pueden provocar una fatiga acelerada del metal. La existencia de agua en el aceite hidráulico también puede cambiar las características físicas del aceite, dando como resultado una viscosidad reducida, o incluso puede causar que los componentes se atasquen si se forman cristales de hielo en condiciones de trabajo especialmente frías.
Los aceites hidráulicos son una clase de sustancias que se utilizan para transferir energía en varios tipos de maquinaria hidráulica. Además de funcionar como medio de transferencia de potencia, el aceite hidráulico también puede realizar otras tareas. Estos aceites se utilizan a menudo para lubricar, transferir calor y actuar como medio de sellado. Algunos aceites hidráulicos también están diseñados específicamente para ser resistentes al fuego o la radiación. La capacidad del aceite hidráulico para realizar estas tareas generalmente se reduce por la presencia de agua, aunque los efectos específicos del agua en el aceite hidráulico dependen de varios factores.
Cuando el agua contamina el aceite hidráulico, existen tres estados distintos en los que puede existir. Se pueden disolver por completo niveles relativamente pequeños de agua en grandes cantidades de aceite hidráulico, en cuyo caso los efectos suelen ser mínimos. La corrosión superficial generalmente no ocurre debido a pequeñas cantidades de agua disuelta, aunque los componentes metálicos dentro del sistema pueden sufrir fatiga acelerada. Los estudios han demostrado que una reducción de los niveles de agua disuelta de 400 partes por millón (PPM) a 25 PPM puede permitir que algunos componentes duren unas cinco veces más.
Cada tipo de aceite hidráulico puede contener una cantidad limitada de agua en estado disuelto. Una vez que se alcanza ese punto de saturación, los resultados son agua libre o una emulsión. Las grandes cantidades de agua libre en el aceite hidráulico suelen provocar una gran cantidad de corrosión en la superficie, y los niveles muy altos a menudo provocan fallas en los componentes. Cuando el agua del aceite hidráulico se mezcla en una emulsión, el resultado suele ser un cambio distinto en las características físicas del aceite. Eso puede resultar en un aceite hidráulico que tiene una viscosidad o compresibilidad diferente, lo que puede afectar negativamente la capacidad del aceite para transferir potencia.