¿Qué es una válvula térmica?

Una válvula térmica es una válvula que responde a un cambio de temperatura y, por lo general, se usa para ayudar a las máquinas que manejan líquidos a alta presión o fluidos a evitar descomponerse. Hay dos tipos principales de válvulas térmicas, expansión y alivio. Ambos tipos de estos pequeños componentes realizan tareas similares, pero lo hacen de formas muy diferentes. Las válvulas térmicas se encuentran en artículos domésticos cotidianos que van desde ollas a presión, refrigeradores y acondicionadores de aire hasta complejas máquinas industriales. Sin estas válvulas simples, todos los elementos mencionados serían mayores peligros para la seguridad y podrían no ser parte de la vida cotidiana.

El tipo de expansión es la variedad más común de válvula térmica. Es responsable del flujo de líquido refrigerante dentro de muchas unidades de refrigeración y aire acondicionado. La válvula se abre y se cierra dependiendo de la temperatura de la máquina en la que está instalada, permitiendo que pase solo una cantidad específica de refrigerante. La clave del éxito de la válvula de expansión térmica es su bulbo sensor de temperatura.

Un bulbo sensor de temperatura es un bulbo pequeño lleno de gas que se conecta directamente a la válvula térmica. La bombilla detecta cambios de temperatura y ajusta la válvula en consecuencia. Cuando la temperatura baja, la válvula se cierra, lo que permite que menos líquido enfríe la unidad. Cuando la unidad se calienta, la válvula se abre, enviando más refrigerante para reducir la temperatura.

Las válvulas de expansión también son conocidas por ayudar a aumentar la eficiencia. Esta unidad se ajusta automáticamente para mantenerse a una temperatura específica, por lo que se desperdicia poca energía por enfriamiento innecesario. La válvula mantiene la unidad a una temperatura constante, por lo que un refrigerador usa menos electricidad.

Otro tipo común de válvula térmica es la válvula de alivio. Esto ofrece una operación más simplificada que la válvula de expansión, pero aún se abre y se cierra para permitir el paso. En el caso de una válvula de alivio térmico, restringe el paso de vapor de gas caliente debido a la acumulación de presión. Uno de los primeros ejemplos de esta válvula proviene de la década de 1600 y la invención de la olla a presión, que tiene una válvula de liberación de gas incorporada en la tapa.

La válvula térmica de la olla a presión tiene un resorte, en lugar de una bombilla, como elemento sensible que controla la apertura y el cierre. Cuando la presión en la válvula aumenta demasiado, el resorte presiona y abre la válvula hasta que se escapa suficiente vapor para reducir la presión a un nivel aceptable. Esta versión ayuda a garantizar que las máquinas altamente presurizadas, como la caldera de un sistema de calefacción, puedan funcionar de manera segura evitando que exploten.