La no ficción literaria es un tipo de escritura que cuenta la historia de un hecho real utilizando un lenguaje creativo sin embellecer los hechos. Los hechos documentados, la familiaridad con el tema, un sentido del lugar bien elaborado y la prosa literaria deben estar presentes para constituir la forma. El género incluye temas tan variados como escritura de viajes, memorias, algunos delitos reales, ensayos y escritura sobre la naturaleza.
El tema de la ficción literaria puede ser cualquier cosa siempre que sea fáctico. Las memorias son narraciones de un momento significativo en la vida de una persona y son las más conocidas de este tipo de escritura. Como en el periodismo, la ética de la información fáctica es la misma. Varios escritores de memorias a mediados de la década de 2000 fueron vilipendiados por fabricar sus obras.
Los viajes son un tema que se presta bien al género de la no ficción literaria, con temas ricos como maravillas geográficas y aventuras. Se puede transmitir una gran cantidad de información fáctica en un estilo ficticio sobre un destino en particular. Si el viaje tiene elementos inusuales, estos pueden retratarse dramáticamente utilizando técnicas de ficción. La historia de un viaje tiene un arco narrativo incorporado que el escritor puede seguir fácilmente.
En la pieza terminada deben estar presentes cuatro elementos esenciales de la no ficción literaria. Primero, el escritor debe comenzar con hechos documentados, que pueden ser verificados por fuentes independientes. En segundo lugar, el escritor debe conocer el tema íntimamente para iluminar al lector, por lo que es necesaria una gran cantidad de investigación. La intención es informar a los lectores sobre un tema que deseen conocer. Una investigación más profunda enriquece la narrativa al traer elementos poco conocidos a la vanguardia.
En tercer lugar, las escenas deben estar bien diseñadas y establecer un sentido de lugar para atraer al lector a la historia. En cuarto lugar, la pieza debe emplear un estilo de prosa literaria utilizando lenguaje figurativo y técnicas de ficción, como el diálogo y el desarrollo de personajes. Explorar los temas de la experiencia humana da vida a un tema universal mucho mejor que los informes directos.
Los escritores que producen literatura de no ficción pueden pasar horas entrevistando y conociendo sus temas o viajando a lugares sobre los que están escribiendo. Los escritores de crímenes, por ejemplo, pueden asistir a juicios y audiencias, hacer entrevistas en la cárcel y hablar con las víctimas. Los estadounidenses Ann Rule y Joseph Wambaugh en particular han establecido el estándar para la no ficción literaria en el género criminal. Utilizan un lenguaje vívido y caracterizaciones completas, junto con una extensa investigación, para dar vida a las historias de asesinos y víctimas.