Charles Dickens publicó la novela Oliver Twist en 1838. Esta fue la segunda novela publicada por el famoso autor y se convirtió en el tema de varias obras de teatro y películas. Oliver Twist es el nombre del personaje principal, un niño huérfano nacido fuera de Londres que atraviesa muchas pruebas duras en su joven vida. La novela sigue la vida del huérfano, desde su nacimiento hasta su juventud, durante la cual aprende lecciones de vida que reflejan los problemas de los huérfanos de Londres durante el siglo XIX.
Oliver Twist nació de una madre que murió al dar a luz fuera de un asilo. Después de la muerte de su madre, Oliver fue enviado a vivir en una granja infantil, donde fue mal cuidado hasta que tuvo la edad suficiente para regresar a la casa de trabajo y trabajar por un pequeño salario por el resto de su vida adulta. Cuando era niño, Oliver Twist se manifestó en contra del maltrato de los huérfanos en la granja infantil y fue tildado de alborotador después de pedirle al director otra ración de comida. Esta escena se convirtió en una de las partes más conocidas de la novela y sus reproducciones.
Después de que Oliver ingresó al asilo, se encontró con una serie de eventos desafortunados. El personaje tuvo dificultades para encontrar un aprendizaje, en un momento fue brutalmente golpeado y finalmente se escapó. En este punto de la novela, Dickens le dio al personaje una nueva profundidad al presentarle a Oliver a Fagin, el líder de una banda de ladrones en Londres. Oliver se unió a la pandilla y se convirtió en un matón mezquino reacio.
A lo largo de la última parte de la novela, Oliver luchó contra las sórdidas vidas de los criminales con los que unió fuerzas. Escapó dos veces, solo para ser perseguido nuevamente por los de su pandilla. Durante esta parte de la novela, muchos lectores llegan a relacionarse con el personaje principal, y descubren que no es un niño tan malo, solo una víctima de las circunstancias.
Como personaje central, Oliver Twist representa la horda de niños huérfanos que vivieron en Londres durante el siglo XIX, conocidos como los niños abandonados. Dickens escribió la novela como una forma de alertar al público sobre los problemas que enfrentaban esos niños huérfanos, como la crueldad, el abuso, el hambre y la falta de oportunidades. La novela tuvo éxito y varios productores han adaptado la historia para el cine y el teatro desde entonces, incluyendo un musical y varias otras producciones.