La deportación voluntaria es un programa que se inició hace relativamente poco tiempo. Les da a los inmigrantes que se encuentran en los Estados Unidos ilegalmente la oportunidad de entregarse. Esta opción es para aquellos que aún no han sido descubiertos por los funcionarios de inmigración. A cambio de su voluntad de salir del país, a estos inmigrantes se les permite permanecer en Estados Unidos durante varias semanas para recoger pertenencias y no son detenidos en una prisión o cárcel.
El principal incentivo para la deportación voluntaria es que los inmigrantes que cumplan no tengan que enfrentar penas de cárcel por ingresar ilegalmente al país. Muchas personas no eligen esta ruta porque solo involucra a aquellos que aún no han sido capturados. Aquellos con antecedentes penales pueden enfrentarse a prisión o cárcel independientemente de si se entregan o no. Los inmigrantes sin antecedentes penales, aparte de la inmigración ilegal, no pueden ser deportados voluntariamente porque es menos probable que los atrapen.
La deportación voluntaria no es lo mismo que la salida voluntaria. La salida voluntaria es cuando un inmigrante es capturado en el país ilegalmente pero se le da la oportunidad de irse pacíficamente sin procedimientos legales en su contra. Esto no es lo mismo que la deportación porque a estas personas se les puede permitir volver a ingresar legalmente al país en un momento posterior. A los deportados a menudo se les prohíbe volver a ingresar durante muchos años y, a veces, de por vida.
Aunque a quienes se someten a una deportación voluntaria a menudo se les restringe el reingreso al país durante un período de tiempo determinado, es posible que no se les restrinja tanto como a quienes son deportados de mala gana. Esto a menudo depende de los antecedentes penales de una persona y de la naturaleza de los delitos cometidos. Aquellos que no han cometido delitos adicionales pueden recibir menos restricciones que aquellos que sí lo han hecho. Los inmigrantes que han cometido delitos graves, como asesinato o robo, suelen ser deportados de por vida.
Obtener el permiso para volver a entrar al país puede resultar complicado. Aquellos que temen vivir en su país pueden ingresar o permanecer en los Estados Unidos bajo ciertas condiciones. Otros pueden pasar por el proceso de obtener una visa o una tarjeta verde en un momento posterior. Cada caso se considera individualmente y diversas circunstancias pueden afectar la capacidad de una persona para ingresar legalmente al país.