Un testamento oral, también conocido como testamento no ocupativo, es un relato verbal de los deseos de una persona de distribuir la propiedad después de su muerte. Este documento es similar al testamento escrito, excepto en forma hablada. Este tipo de testamento no se usa normalmente porque solo puede ser utilizado por ciertas personas en circunstancias específicas antes de su muerte. Además, existen límites sobre quién puede actuar como testigo de este testamento, dónde puede utilizarse este tipo de testamento y qué tipo de propiedad entregada. Los testamentos orales también tienen el potencial de crear controversias debido a la posibilidad de fraude.
Muchos países no reconocen la validez de un testamento oral, e incluso dentro de algunos países solo ciertas regiones reconocen su efecto legal. Por ejemplo, solo algunas jurisdicciones dentro de los EE. UU. Permiten testamentos verbales. Generalmente, un testamento oral solo puede ser preparado por un soldado que va a la batalla y no tiene tiempo para crear un testamento escrito o como una declaración al morir por una persona en su lecho de muerte.
La mayoría de las leyes estipulan que un oral debe ser presenciado y escrito posteriormente. Un testigo legal se constituye como una parte desinteresada, es decir, un individuo que no tiene participación en la propiedad que se distribuye. Algunas leyes requieren dos testigos con relatos que corroboren el testamento oral. Para que este testamento sea definitivo, también debe ser escrito y presentado por un abogado dentro de un cierto período de tiempo después de la muerte de la persona.
Además de los límites sobre qué países o regiones permiten un testamento oral, algunas jurisdicciones imponen límites adicionales al testamento no ocupativo. Por lo general, solo se pueden legar ciertos tipos de propiedad mediante un testamento oral. Las jurisdicciones han adoptado diferentes criterios legales, pero las limitaciones pueden estar relacionadas con dinero, bienes raíces u otros tipos de propiedad.
Debido a que este documento no está escrito en el momento de su creación, un testamento oral puede estar sujeto a impugnación legal. La validez es a menudo el mayor tema de controversia. Debido a que solo se habla y se puede ejecutar en el mejor de los casos en condiciones duras o informales, un testamento oral conlleva una alta posibilidad de fraude o ambigüedad. Los deseos finales del difunto pueden o no ser malinterpretados accidental o intencionalmente. Como resultado, este tipo de testamento puede tener dificultades para hacerse cumplir si es impugnado por la familia de la persona fallecida.