La escoliosis lumbar se refiere a una afección en la que la parte inferior de la columna se curva. Las deformidades de la columna vertebral pueden ser causadas por muchos factores diferentes, incluidos los trastornos congénitos y la artritis, y generalmente resultan en dolor lumbar y fatiga crónica. El tratamiento para este tipo de escoliosis depende de la gravedad y la ubicación exacta de la curva. Un médico ortopédico puede evaluar la condición de una persona y determinar la necesidad de medicamentos para el control del dolor, aparatos ortopédicos correctivos o cirugía para aliviar los síntomas y promover la recuperación. Con tratamiento, la mayoría de las personas pueden superar la escoliosis lumbar y disfrutar de estilos de vida activos.
Una persona puede experimentar escoliosis lumbar en cualquier momento de su vida. Los trastornos congénitos generalmente se notan de inmediato en un bebé, mientras que la escoliosis adolescente se manifiesta cuando la columna vertebral de una persona joven crece y se desarrolla de manera incómoda. Tanto en niños como en adultos, los trastornos neuromusculares y esqueléticos como la parálisis cerebral, la distrofia muscular y la artritis pueden contribuir a la degeneración del tejido alrededor de las vértebras lumbares, lo que lleva a la escoliosis. Las personas mayores también pueden desarrollar la afección debido al desgaste general en la zona lumbar. La escoliosis se considera idiopática cuando los médicos no pueden determinar la causa.
La escoliosis lumbar puede provocar varios signos y síntomas diferentes. Dependiendo de la gravedad de la curvatura, una persona puede experimentar dolor lumbar frecuente y fatiga que empeoran después de largos períodos de estar sentado y de pie. Las caderas pueden parecer inclinadas debido a la columna vertebral desigual, lo que provoca una marcha incómoda y dificultades para realizar actividad física. Si no se trata, el dolor asociado con la escoliosis tiende a empeorar a medida que el tejido blando cerca de la columna se irrita constantemente. Una curva grave también puede causar entumecimiento y problemas para controlar el movimiento de las piernas si ejerce presión sobre los nervios de la zona lumbar.
Un médico puede detectar signos de escoliosis realizando un examen físico completo. El médico también puede tomar radiografías y escáneres de resonancia magnética (MRI) de la región lumbar. Los resultados de las radiografías y las resonancias magnéticas permiten a los especialistas determinar el grado de la curva e identificar la ubicación precisa de la deformidad. Después de hacer un diagnóstico, el médico puede discutir diferentes opciones de tratamiento con el paciente.
La mayoría de los casos de escoliosis leve, especialmente los que se consideran idiopáticos, se tratan de forma conservadora. Se le puede indicar al paciente que tome medicamentos de venta libre o recetados para aliviar el dolor crónico, y programar chequeos regulares para asegurarse de que la escoliosis lumbar no empeore. A los niños y adolescentes que experimentan escoliosis a menudo se les coloca aparatos ortopédicos para la espalda que deben usarse durante varias horas al día en un esfuerzo por reducir gradualmente las curvaturas de la columna.
La cirugía suele reservarse para los casos más graves. Un cirujano experto puede realizar una fusión espinal, un procedimiento en el que dos o más vértebras se fusionan permanentemente para evitar que la escoliosis empeore. Es posible que se requiera que el paciente use un aparato ortopédico durante varios meses después de la cirugía para garantizar una recuperación completa.