Un tumor de tórax es un crecimiento anormal de células que se encuentran en el tórax y que pueden interferir con la respiración adecuada y, a veces, causar cáncer. Un tumor de tórax puede ser maligno, lo que significa que causa cáncer o puede ser benigno o no canceroso. Muchos tumores de tórax no cancerosos no presentan síntomas y pueden existir en el tórax sin ser detectados. Algunos tumores de tórax no cancerosos pueden crecer lo suficiente como para presionar el pulmón e interferir con la respiración adecuada.
Un tumor de tórax también se puede caracterizar como primario o secundario. Un tumor de tórax primario se origina en el hueso y músculo del tórax y un tumor de tórax secundario se origina en otras partes del cuerpo y se disemina al tórax. La mayoría de los tumores de tórax afectan las paredes del tórax, por lo que la mayoría de las personas se refieren a ellos como tumores de la pared del tórax.
No existen causas claras de los tumores de la pared torácica, pero algunos expertos creen que son hereditarios. Ciertas elecciones de dieta y estilo de vida también pueden causar tumores en la pared torácica. El síntoma principal de un tumor de la pared torácica es una hinchazón o una protuberancia del tórax. El paciente también experimenta dolor en el pecho, pero el dolor se siente cuando el tumor se encuentra en una etapa avanzada.
Un tumor de la pared torácica se diagnostica inicialmente mediante una radiografía. Una radiografía simplemente muestra el tumor, pero no indica de dónde se origina ni si es canceroso o no. Si una radiografía muestra un tumor, se usa una tomografía computarizada (TC) o una resonancia magnética (MRI) para indicar el tamaño del tumor, de dónde se origina y si puede o no causar cáncer.
Cuando se recibe toda la información sobre el tumor, se usa una biopsia para confirmarlo. Una biopsia es una prueba que consiste en extraer tejido celular de un tumor, examinarlo con un microscopio y analizarlo químicamente en un laboratorio. El tejido tumoral se extrae con una aguja en un procedimiento llamado biopsia con aguja. Si no es posible extraer el tejido mediante una biopsia con aguja, el paciente puede someterse a un procedimiento quirúrgico para extraer el tejido, un procedimiento llamado biopsia quirúrgica.
El tratamiento de un tumor de la pared torácica generalmente depende del tipo y tamaño del tumor. Un tumor no canceroso de la pared torácica se puede extirpar mediante cirugía. Si el tumor es canceroso, puede tratarse con quimioterapia, radioterapia o cirugía o una combinación de cualquiera de los tres. El mejor modo de tratamiento lo deciden los expertos médicos que se encuentran en una clínica de tumores de tórax.