La licencia de Linux® es una licencia de software legalmente ejecutable conocida como licencia pública general. Sus principales disposiciones están destinadas a proteger la libertad de utilizar software de código abierto creado en la plataforma Linux® y las personas que lo utilizan. Hay muchos aspectos diferentes de la licencia de Linux®, pero el principal es que el software puede ser modificado y remodificado por otros usuarios sin consecuencias legales. La idea se conoce como copyleft.
Aunque la licencia de Linux® protege el software de código abierto de las regulaciones de derechos de autor, los diseñadores de software que operan bajo la licencia pública general aún pueden cobrar una tarifa por su software. El copyleft no requiere que ninguna variación del programa original sea regalada, pero prohíbe a cualquier persona reclamar derechos exclusivos sobre el programa. Si otro diseñador de software modifica y vende la versión actualizada, eso sería legal. El creador original no puede ser procesado por infracciones de derechos de autor porque el software fue creado bajo la licencia pública general.
Una de las formas en que la licencia de Linux® hace cumplir el copyleft es exigiendo que el código fuente, o la información de programación utilizada para crear el software, se incluya con el software en sí. Si no está incluido en el software, debe estar disponible en Internet. Siempre que la ubicación esté claramente detallada y sea accesible para el usuario, cumple con la licencia de Linux®. Otro requisito de la licencia de Linux® es que una copia de la licencia pública general debe acompañar al software. Esto es para que el próximo usuario o modificador de software pueda leer y comprender los derechos y limitaciones en caso de que decida modificar el software.
Estos dos requisitos de la licencia de Linux®, que proporcionan el código fuente e incluyen la licencia pública general, solo son aplicables si un usuario modifica el software con la intención de redistribuir el producto. Si un usuario realiza cambios en el código fuente para su uso personal y no lo redistribuye, no es necesario seguir las disposiciones de la licencia pública general.
Los usuarios que no cumplan con la licencia pública general pueden ser demandados por el diseñador de software original que escribió el programa bajo la licencia de Linux®. Muchos casos judiciales han confirmado la licencia pública general. La Fundación Linux, una organización dedicada a respaldar la plataforma Linux®, creó un programa para ayudar a los diseñadores de software a comprender y crear software de código abierto. Este programa verifica la entrada del código fuente por parte de los usuarios para asegurarse de que cumpla con las reglas de la licencia pública general.