Es posible que la ex república soviética de Turkmenistán no encabece la lista de los lugares más populares para vivir, pero sus ciudadanos ciertamente se han beneficiado de su rico suministro de energía. Desde 1993 hasta 2017, todos los ciudadanos de Turkmenistán recibieron 1,765 pies cúbicos (50 metros cúbicos) de gas natural y 35 kilovatios hora de electricidad cada mes, junto con 66 galones (250 litros) de agua todos los días. Para poner eso en perspectiva, el hogar estadounidense promedio usa entre 80 y 100 galones (303 y 379 litros) de agua por día, 897 kilovatios de electricidad y 5,000 pies cúbicos (141 metros cúbicos) de gas natural por mes. En otras palabras, la mayoría de los hogares turcomanos pagaron solo una fracción de sus costos energéticos reales. Sin embargo, todo eso está llegando a su fin bajo el liderazgo del presidente Gurbanguly Berdymukhamedov, quien detuvo los subsidios en 2017 luego de una fuerte caída en los precios de la energía y la decisión de Rusia de dejar de comprar gas natural de Turkmenistán.
Una visita virtual a Turkmenistán:
Turkmenistán contiene un gran cráter de gas natural que ha estado ardiendo desde que los geólogos lo incendiaron en 1971; se le conoce como las «Puertas del Infierno».
Alrededor del 70 por ciento de Turkmenistán es desierto, pero la capital del país, Ashgabat, cuenta con la piscina cubierta más grande del mundo.
Las antenas parabólicas de propiedad privada fueron prohibidas en Turkmenistán en 2015, presumiblemente en un esfuerzo por evitar el acceso a noticias internacionales.