Los senos maxilares son cavidades en el cráneo ubicadas detrás de los pómulos, directamente encima de los dientes superiores. Son más grandes que los otros senos paranasales y son más propensos a la infección. El propósito evolutivo real de los senos paranasales es desconocido para la ciencia, pero existen varias teorías. Algunos investigadores creen que los senos nasales funcionan como cámaras de sonido para hacer que la voz suene más fuerte, mientras que otros piensan que existen para reducir el peso del cráneo; También pueden ayudar a humedecer el aire que respira una persona, o incluso funcionar como zonas de deformación para proteger el cerebro de un trauma en caso de una lesión. Los senos paranasales ayudan al sistema inmunológico a funcionar al facilitar el flujo de moco, pero es discutible si realmente evolucionaron para ese propósito.
Todos los senos están cubiertos con una membrana mucosa y cubiertos con pequeños pelos llamados cilios. El moco recoge los restos extraños que una persona respira y los cilios se mueven hacia adelante y hacia atrás, lo que ayuda a mantener el flujo de moco en la dirección correcta. Esta acción ayuda a mantener limpias las vías respiratorias y a proteger el cuerpo de enfermedades.
En los senos maxilares, hay pequeñas aberturas llamadas ostium que permiten que el moco producido dentro del seno drene hacia la nariz. Si los cilios dejan de funcionar correctamente, o si las aberturas se vuelven demasiado pequeñas debido a la inflamación del tejido, el moco queda atrapado en el seno y comienza a atraer bacterias. El resultado generalmente es una infección sinusal.
Una de las principales razones por las que los senos maxilares son especialmente propensos a la infección es su proximidad a los dientes. La mayoría de las infecciones sinusales son causadas por resfriados o alergias persistentes, lo que resulta en una acumulación de moco. Los senos maxilares también son vulnerables a esto, pero también pueden infectarse debido a la inflamación dental, o incluso a la contaminación bacteriana directamente de los dientes. Si los dientes son la fuente de infección, lidiar con problemas dentales puede ser una parte importante del tratamiento.
Los síntomas de la infección maxilar incluyen una sensación de presión en la cara, dolores agudos en las mejillas, dolor de muelas, congestión nasal, fiebre y fatiga. Para las infecciones sinusales leves, la mayoría de las personas dependen de los analgésicos y descongestionantes de venta libre. Si los síntomas son más severos, los médicos pueden recetar medicamentos antibióticos para matar la bacteria. Dependiendo de la gravedad del caso, también se pueden usar otros tratamientos, incluidos aerosoles nasales, irrigación nasal, terapia de vapor, descongestionantes recetados y esteroides. En casos extremos, se puede realizar una cirugía para agrandar las aberturas sinusales y facilitar el paso del moco.