¿Qué es la campaña No Dirty Gold?

La campaña No Dirty Gold es un programa de concientización del consumidor fundado conjuntamente por Oxfam y Earthworks, una organización de política ambiental que se enfoca en la minería. La campaña está diseñada para educar a los consumidores sobre el origen de sus metales preciosos y alentarlos a buscar minoristas que vendan oro ecológico, que tradicionalmente es uno de los metales más sucios para extraer y procesar. El oro sucio tiene un profundo impacto en los pueblos indígenas, las economías del Tercer Mundo, los derechos de las mujeres y el medio ambiente.

El impacto ambiental de la minería de oro ha sido bien documentado. Además de perturbar el ecosistema en el que se encuentra una mina, el oro también es altamente contaminante, gracias a los químicos tóxicos utilizados para extraerlo, que a menudo se vierten en pozos abiertos o vías fluviales. Después de que una mina se haya agotado, la compañía puede optar por abandonarla, dejando el desorden para que el gobierno lo limpie. La contaminación se propaga a través del aire, el suelo y el agua, dañando la calidad de vida de los organismos alrededor de la mina, incluidas las plantas y animales en peligro de extinción, así como los seres humanos.

Especialmente en los países del Tercer Mundo, la extracción de oro está acompañada de serios problemas de derechos humanos. El oro sucio se extrae en condiciones extremadamente peligrosas por trabajadores que tienen pocos derechos y protecciones. Además, con frecuencia se confisca la tierra a los pueblos indígenas, que no tienen a dónde ir una vez que les quitan sus tierras nativas. Las mujeres también sufren como resultado del oro sucio, ya que rara vez son compensadas por la pérdida de tierras, y la extracción de oro tiende a concentrar la riqueza en manos de unos pocos ricos, que generalmente son hombres.

El oro sucio también es malo para las economías del Tercer Mundo, ya que es un recurso no renovable, lo que hace que la minería sea económicamente perjudicial y ambientalmente imprudente. La mayoría de las minas están en manos de corporaciones extranjeras, por lo que queda poca parte de la riqueza en la nación de origen, que también se espera que cubra los costos en términos de medio ambiente y salud humana. La fuerte contaminación debido a la minería puede ir acompañada de un costo paralizante que muchas naciones no pueden soportar, lo que lleva a la bancarrota o prácticas económicas arriesgadas en un intento de hacer frente.

Los minoristas que participan en la Campaña No Dirty Gold acuerdan obtener su oro de fuentes ambientalmente racionales y trabajar juntos para reformar la industria minera. Muchos minoristas se han unido a los esfuerzos mundiales contra el oro sucio en respuesta a las presiones de los consumidores, y el movimiento está creciendo rápidamente. Los minoristas acuerdan obtener oro de compañías mineras que estén dispuestas a someterse a auditorías independientes para garantizar que no contaminen, desplacen a las comunidades nativas, infrinjan los derechos de los trabajadores o dañen ecosistemas delicados. Los consumidores, a su vez, pueden buscar minoristas que formen parte de la campaña No Dirty Gold.