El concepto de entidad es un principio de contabilidad que permite que una empresa sea tratada por separado de sus propietarios a efectos contables. Como tal, las actividades financieras de los individuos, ya sean propietarios privados o accionistas, que son dueños del negocio, son independientes del negocio mismo. Bajo el concepto de entidad, el negocio en sí realiza todas sus propias transacciones, acumulando ganancias y pérdidas, y se grava de acuerdo con esos resultados. Este concepto se aplica a todo tipo de empresas, desde las que pertenecen a múltiples personas, como sociedades o corporaciones, hasta las que pertenecen a personas individuales, que se conocen como comerciantes únicos.
Es común pensar que una gran corporación tiene una existencia propia. Algunas de las compañías más conocidas en el mundo de los negocios han adquirido su propia identidad con el tiempo, a través de sus estrategias de marketing y sus interacciones con el público. Para fines contables, esa percepción de las empresas resulta ser relativamente precisa, ya que generalmente se las trata como si fueran un ser vivo separado de sus propietarios. Esto se conoce como el concepto de entidad, el principio contable general que determina cómo se grava a las empresas.
Cuando se considera el concepto de entidad, es importante comprender que algunos términos comerciales comunes se juzgan de manera diferente según el contexto en el que se visualizan. Por ejemplo, el beneficio es algo que toda empresa desea lograr en abundancia. Sin embargo, en términos del negocio como entidad, el beneficio es en realidad algo que el negocio le debe a los propietarios.
Sobre la base de esa noción, el concepto de entidad que rige la contabilidad empresarial estipula que una empresa debe pagar impuestos de acuerdo con sus propias acciones. Estas acciones deben realizarse por separado de los propietarios, que pueden ser numerosas en el caso de corporaciones o sociedades. Si los propietarios de la empresa comienzan a utilizar los fondos de la empresa para sus propios fines, deben informar estas acciones. No hacerlo es, en esencia, una forma de fraude fiscal.
Para las personas que son los únicos propietarios de las empresas, el concepto de entidad tiene diferentes ramificaciones. En tales casos, es crucial separar el dinero invertido en el negocio de los fondos personales del propietario del capital obtenido por el negocio de las ventas y otras fuentes de ingresos. Del mismo modo, el dinero extraído del negocio debe ser registrado como sorteo por el propietario. Estas distinciones son importantes para las implicaciones fiscales en las empresas propiedad de los llamados comerciantes únicos.
Inteligente de activos.