El fracaso empresarial es cuando una empresa se ve obligada a cerrar porque no puede generar suficientes ingresos para cubrir sus gastos. Si los dueños de negocios predicen que el fracaso es evidente, algunos dejarán de funcionar de inmediato; otros operan hasta quedarse sin efectivo. Las empresas establecidas tienden a fracasar debido a condiciones económicas, cambios políticos o decisiones de gestión. El fracaso de las nuevas empresas es principalmente el resultado de una mala planificación o toma de decisiones.
Las condiciones económicas pueden provocar un fracaso empresarial cuando los consumidores cambian sus hábitos de gasto, como durante recesiones, depresiones y tiempos de guerra. A medida que los consumidores pierden la confianza en el futuro de la economía, reducen el gasto para ahorrar dinero. Compran solo lo que se necesita y retrasan la compra de artículos más grandes, como automóviles, hogares y electrodomésticos. Las empresas deben tener suficiente efectivo disponible durante estos tiempos de inactividad económica para evitar el fracaso mientras esperan que los consumidores comiencen a hacer compras nuevamente.
La política influye en el fracaso empresarial cuando se crean nuevas leyes o regulaciones que hacen que las empresas tengan que pagar impuestos más altos o modificar productos o instalaciones. El clima político cambia constantemente, con grupos de consumidores que abogan por cosas como una mayor protección y un medio ambiente más verde. Estos cambios pueden afectar especialmente a las pequeñas empresas, ya que es posible que no puedan ajustar sus operaciones para seguir siendo rentables. Las empresas en industrias que son sensibles a las leyes y regulaciones cambiantes, como la atención médica y los seguros, deben tener planes de contingencia en caso de que se establezcan nuevas políticas.
La mala planificación y la toma de decisiones son a menudo las causas del fracaso empresarial. Esto incluye la gestión que subestima el panorama competitivo, utilizando tácticas de marketing insuficientes o no investigando las tendencias del consumidor. Las amenazas de falla pueden ser contrarrestadas si los gerentes detectan los problemas de antemano y desarrollan estrategias para prevenir la amenaza o reducir sus efectos. Si bien las empresas no tienen control sobre las razones económicas o políticas del fracaso empresarial, pueden disminuir la posibilidad de fracaso al contar con gerentes sólidos y planes estratégicos.
Prevenir el fracaso empresarial no siempre es posible. No importa el tamaño o la industria del negocio, debe tener un sistema para detectar si el negocio está en camino al fracaso. Las empresas deben tener estrategias para contrarrestar todas las amenazas internas y externas perceptibles. Si el dueño de un negocio está al tanto de la legislación pendiente que puede perjudicar su negocio, debe encontrar inmediatamente formas de seguir siendo rentable en lugar de esperar hasta que se apruebe la legislación. Solo un equipo de gestión y planificación sólidos pueden ayudar a una empresa a evitar el fracaso empresarial.
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