Los vehículos aéreos no tripulados (UAV) son esencialmente aviones que no tienen humanos a bordo. A veces también se les conoce como drones en el habla común, y el término Sistema aéreo no tripulado (UAS) es técnicamente preferido. La historia de los vehículos aéreos no tripulados comienza ya en la Primera Guerra Mundial, cuando los militares utilizaron lo que eran esencialmente aviones a control remoto para entrenar a sus hombres de artillería en la lucha antiaérea. No fue hasta la década de 1980 que los vehículos aéreos no tripulados comenzaron a usarse para otros fines, con la Fuerza de Defensa de Israel usándolos para llevar a cabo una serie de operaciones de exploración. En los últimos años, muchos ejércitos, particularmente los Estados Unidos, han comenzado a centrarse intensamente en el uso de vehículos aéreos no tripulados siempre que sea posible.
Los UAV ofrecen una serie de beneficios sobre los aviones tradicionales. El principal de ellos es el hecho de que los UAV no crean ningún peligro para los pilotos, lo que permite a los militares desplegar aviones en regiones hostiles sin temer la pérdida de soldados. Los UAV también pueden llegar a ser sustancialmente más baratos que los aviones tradicionales, ya que pueden ser mucho más pequeños y prescindir de una serie de sistemas de soporte vital necesarios en los aviones pilotados.
En el pasado, los UAV se han utilizado principalmente para explorar misiones y comunicaciones. Como pueden ser muy pequeños, los UAV a menudo pueden pasar completamente desapercibidos para la recolección sigilosa de inteligencia. Algunos vehículos aéreos no tripulados modernos han sido equipados con armamento, y en los Estados Unidos, se están utilizando para eliminar gradualmente las misiones de combate piloteadas de aire a tierra. El más famoso de estos vehículos aéreos no tripulados de combate de próxima generación es el Predator, que está equipado con misiles Hellfire para eliminar las instalaciones en tierra.
Los UAV abarcan una amplia gama de autonomía, con los más simples controlados únicamente por radio sin acción independiente, y los más complejos incorporan inteligencia artificial sofisticada que les permite llevar a cabo misiones enteras una vez programadas. El impulso actual en los UAV es hacia un vehículo que se puede programar con una ruta general y un objetivo, que luego despegará, volará al área de la misión, destruirá el objetivo, regresará a la base y aterrizará, todo sin la necesidad de un humano manipulador. Sin embargo, incluso en este escenario, un controlador sería responsable en el terreno de dar la orden de disparar o dejar caer una carga útil. Esto se ajusta a la doctrina militar actual y asegura que siempre habrá un agente responsable en caso de un objetivo incorrecto.
El campo de los UAV se está desarrollando rápidamente, con militares avanzados en todo el mundo gastando grandes cantidades de sus presupuestos para empujar los límites de lo que actualmente es posible. Muchas de las grandes potencias militares del mundo están desarrollando la próxima generación de vehículos aéreos no tripulados en este momento, y dentro de la próxima década, comenzarán a desplegarse en arenas de guerra.