El arbitraje internacional gira en torno a aprovechar las diferencias de precios entre bienes y valores en diferentes países. Si bien esta es una práctica común entre muchos tipos de inversores, el arbitraje se separa porque la compra y la venta ocurren casi simultáneamente. Cuando el corredor está comprando un artículo en un mercado, está vendiendo ese mismo artículo en un mercado diferente. El arbitraje internacional es ampliamente visto como una inversión pequeña o sin riesgo, ya que la compra inicial no tiene lugar a menos que la ganancia esté disponible en ese momento.
Este método de inversión se basa en múltiples mercados en ubicaciones muy diferentes. Aunque la mayoría de los mercados de inversión están unidos por computadora, eso no impide que surjan pequeñas discrepancias en el sistema. Los bienes de alta rotación, como las inversiones monetarias, a menudo tendrán pequeños aumentos en un área, pero no en otras. Este aumento se traducirá a través del sistema, pero a menudo creará una pequeña burbuja en el mercado original. Esta burbuja hará que el bien tenga un valor más alto o más bajo que en otros lugares.
El arbitraje internacional sigue un proceso bastante simple, pero lo que le falta en complejidad lo compensa en tiempo. En una situación de arbitraje típica, el inversor está monitoreando un bien en múltiples mercados. Cuando ven que una acción específica, una mercancía o un bono monetario se vende a una tasa diferente en un mercado, lo compran al precio más bajo. El inversor luego recurre al mercado donde está vendiendo más alto y lo vende. La diferencia en los dos mercados es pura ganancia.
Dado que el arbitraje internacional se basa en la compra y venta casi al mismo tiempo, este proceso ha aumentado a medida que las computadoras y la tecnología permiten la comunicación instantánea. Cuando un inversor ve el desequilibrio del mercado, debe actuar inmediatamente antes de que cierre. Esto requiere una compra y venta casi instantánea, algo que era imposible antes de que los sistemas de comunicación se volvieran globales.
Si bien el arbitraje internacional parece un tipo de inversión sin fallas, existe un pequeño elemento de riesgo. Todo el sistema se centra en la velocidad de comunicación entre el comprador y el vendedor. Si alguna parte de la cadena de comunicación se tambalea o se retrasa, entonces el vendedor no puede capitalizar el precio adecuado. Dado que los desequilibrios del mercado suelen ser de corta duración, incluso unos segundos podrían interrumpir la venta.
Esto se agrava por el efecto que el inversionista tiene en su propio mercado. Cuando el inversor compra el bien con el valor más bajo, esto automáticamente comienza a aumentar el precio del bien comprado. Esta alteración comienza a moverse a través del sistema, cambiando los precios a medida que el inversionista intenta vender. Para controlar la venta del bien, el inversor debe mantenerse por delante de su propia influencia.
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