Un fideicomiso es un acuerdo legal que permite a una persona depositar activos y distribuirlos en un momento posterior de acuerdo con ciertas instrucciones predeterminadas. Un administrador es la parte que supervisa el fideicomiso mientras posee activos. Los fideicomisarios pueden ser instituciones financieras, parientes o terceros neutrales. En algunos casos, las responsabilidades y obligaciones de los fideicomisarios están reguladas por la ley, sin embargo, generalmente no hay requisitos que califiquen o descalifiquen a una persona para que sea elegida para operar en tal capacidad.
Los fideicomisos generalmente se establecen porque una persona tiene activos que quiere distribuir de manera específica en el futuro. Este tipo de arreglo difiere de un testamento en varias formas. Una de ellas es que, hasta el momento de la distribución, los activos son supervisados por un administrador. Este individuo puede ser considerado como un guardián de los activos. Generalmente es elegido por la persona o grupo que estableció el fideicomiso.
Aunque los activos pueden no estar en posesión física de un administrador, es su responsabilidad mantener el control sobre ellos. El acuerdo de confianza puede describir específicamente los requisitos y limitaciones del administrador. El tipo de activos que deben administrarse y distribuirse también ayudará a determinar cuál es el papel del administrador. Por ejemplo, cuando hay cuentas bancarias, puede ser su deber controlar los saldos y emitir cheques. Cuando hay que tratar con bienes inmuebles, el síndico puede ser responsable de garantizar el mantenimiento y cobrar el alquiler si se alquilan las propiedades.
Aunque los fideicomisarios actúan como supervisores, es posible que no realicen todas las tareas por sí mismos. Puede haber algunas tareas especializadas que no tienen la capacidad de realizar, como leer o redactar documentos legales y elegir inversiones seguras. Los fideicomisarios pueden tener la autoridad de elegir individuos para realizar estas tareas y relevarlos de sus deberes si es necesario.
Un buen acuerdo de confianza proporciona detalles específicos para la distribución de los activos. Estos detalles pueden incluir los estándares y tipos de servicios y productos que están permitidos. Por ejemplo, un fideicomiso dejado por una abuela para pagar las necesidades médicas de sus nietos puede indicar que ciertas instalaciones deben usarse y que ciertos tratamientos, como los abortos, deben excluirse.
A veces, los detalles no son específicos y el administrador puede tener que tomar decisiones con respecto a si se deben tomar ciertas acciones o no. Cuando un administrador toma una decisión, siempre debe considerar la intención original de la persona que inició el fideicomiso. Además, sus acciones siempre deben ser en el mejor interés de los destinatarios.
Inteligente de activos.