Un déficit de financiación es la falta de dinero para satisfacer las necesidades proyectadas. Dicha escasez es una preocupación particular para los gobiernos y las organizaciones no gubernamentales que brindan servicios a los miembros del público. Existen varias razones por las cuales puede no haber suficiente dinero disponible, incluida la escasez de ingresos y la falta de pagos por parte de los participantes en un fondo u organización. Por ejemplo, los miembros de las Naciones Unidas deben pagar las cuotas utilizadas para proporcionar servicios, y si no lo hacen, es posible que las agencias individuales no puedan operar.
El presupuesto incluye una serie de cálculos para determinar los gastos proyectados, así como las fuentes de dinero para cubrirlos. Esto puede incluir discusiones sobre deudas antiguas que pueden necesitar servicios, así como obligaciones, como pagos de bonos en curso y necesidades futuras. Las discusiones sobre los gastos se contrastan con los ingresos para determinar si habrá suficiente dinero disponible y para hacer ajustes si hay problemas. En algunos casos, las agencias o los gobiernos pueden avanzar sin un presupuesto equilibrado con la esperanza de resolver el problema más adelante.
El desarrollo de un déficit de financiación significa que no hay suficiente dinero para cubrir los gastos presupuestarios. Una razón puede ser un presupuesto mal equilibrado o una caída en los ingresos que no se anticipó. Un ejemplo clásico puede ocurrir con los impuestos a la propiedad cuando el valor de los bienes raíces cae. Las agencias comunitarias que cuentan con ingresos fijos de los impuestos a la propiedad podrían quedar sin suficiente dinero cuando se reevalúa la propiedad y se baja la tasa para reflejar el valor reducido.
Las opciones para resolver el problema pueden incluir la obtención de préstamos, lo que puede crear problemas en el futuro, junto con el aumento de las asignaciones. Los gobiernos podrían aumentar la tasa de impuestos, mientras que las organizaciones podrían solicitar más donaciones para satisfacer una necesidad inmediata. Mientras se trata de un déficit de financiación, se le puede pedir a una organización que proporcione información financiera para demostrar cómo sucedió y proporcionar información sobre cómo se está tratando. Esta información es utilizada por posibles inversores, legisladores y prestamistas para determinar si la organización está actuando de manera responsable, para que puedan decidir si se debe abordar el déficit.
Un déficit de financiación no abordado puede tener graves consecuencias. Es posible que no sea posible proporcionar los servicios necesarios a los miembros del público que confían en ellos, lo que puede crear un efecto dominó. Además, puede conducir a mayores gastos futuros asociados con la resolución del problema y la satisfacción de las brechas de financiación de otras maneras. Por ejemplo, un déficit de fondos en una agencia que subsidia los servicios de salud podría dejar a los pacientes sin acceso a un tratamiento confiable, lo que podría aumentar la carga en las salas de emergencia cuando las personas se enferman gravemente.
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