La Ley de Seguridad Nacional es un proyecto de ley que fue aprobado por el Congreso de los Estados Unidos y posteriormente promulgado por el entonces presidente George W. Bush el 25 de noviembre de 2002. Creó una nueva agencia federal, el Departamento de Seguridad Nacional, e inicialmente colocó 22 agencias federales bajo la jurisdicción del departamento.
El impulso para el proyecto de ley fueron los ataques terroristas que destruyeron los edificios de torres gemelas en la ciudad de Nueva York el 11 de septiembre de 2001. Muchas autoridades creían que los planes terroristas pasaron desapercibidos porque las agencias gubernamentales no compartieron información. La promulgación de la Ley de Seguridad Nacional representó la realineación más radical de la autoridad gubernamental desde que se estableció el Departamento de Defensa después de la Segunda Guerra Mundial.
Las agencias que reportan al Departamento de Seguridad Nacional como resultado de la ley incluyen el Servicio de Inmigración y Naturalización, el Servicio Secreto, el Servicio de Aduanas, el Servicio Federal de Manejo de Emergencias, la Administración de Seguridad en el Transporte y la Patrulla Fronteriza. La oficina a la que informan todas las agencias es la secretaria de Seguridad Nacional. El nombramiento del secretario está reservado únicamente al presidente de los Estados Unidos. La Ley de Seguridad Nacional excluye al Buró Federal de Investigaciones y la Agencia Central de Inteligencia de la lista de agencias dependientes del Secretario de Seguridad Nacional, pero el secretario es responsable de recopilar información de las dos agencias sobre asuntos relacionados con la seguridad nacional.
La Ley de Seguridad Nacional encarga al Departamento de Seguridad Nacional el deber de prevenir ataques terroristas nacionales, disminuir la vulnerabilidad de la nación a las acciones terroristas, minimizar las consecuencias del terrorismo, apoyar los esfuerzos de recuperación, garantizar la efectividad de todas las agencias que reportan al departamento y hacer seguro de que las políticas del departamento no afectan adversamente la seguridad económica de la nación.
Para lograr sus objetivos, la ley detalla varias áreas de las que el nuevo departamento es específicamente responsable. Entre ellos se encuentran analizar información y reforzar la infraestructura, implementar y mejorar la ciencia y la tecnología de seguridad nacional, salvaguardar las fronteras nacionales y los sistemas de transporte y garantizar la preparación y respuesta ante emergencias. La ley también aseguró que las agencias colaboran con otras, desde los departamentos federales hasta los gobiernos locales y el sector privado, creó un Consejo Nacional de Seguridad Nacional; y garantizó la seguridad de toda la información crítica.
Otras disposiciones de la Ley de Seguridad Nacional transfieren la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego del Departamento del Tesoro al Departamento de Justicia; endurecer las restricciones sobre la posesión de explosivos; e imponer penas más severas por posesión ilegal de materiales explosivos. La ley también permite a la Administración de Seguridad en el Transporte capacitar a los pilotos en el uso de armas de fuego para defender sus aviones y pasajeros. Además, la ley especifica que solo los ciudadanos y ciudadanos estadounidenses pueden ser empleados como agentes de control de pasajeros en los aeropuertos.