En el Senado de los Estados Unidos, la cortesía senatorial es una práctica en la que los senadores no confirman a los nominados para puestos oficiales sin la aprobación de los senadores del estado de origen del nominado. Esta práctica no es oficial ni codificada, pero está generalmente aceptada en la práctica del Senado y lo ha sido desde 1789. Puede convertirse en el factor decisivo en una nominación; todo lo que se necesita es un senador del estado de origen del nominado que se oponga a la nominación para asegurarse de que no se apruebe.
Por extensión, cuando el presidente de los Estados Unidos está en condiciones de hacer un nombramiento oficial, es tradicional consultar a los senadores del estado de origen de un candidato propuesto, siempre que los senadores pertenezcan al mismo partido que el presidente. El presidente confirma que los senadores aprueban al nominado antes de avanzar y anunciar un nombre para evitar una situación en la que un senador invoca la cortesía senatorial y hunde la nominación. Esto también evita situaciones sociales y políticas incómodas donde los nominados son públicamente rechazados como resultado de la cortesía senatorial.
Los senadores pueden oponerse a una nominación porque un candidato es «personalmente desagradable» o por otras razones. Los miembros del Senado se brindan cortesía entre ellos en el entendimiento de que, si se presenta un candidato de su propio estado de origen, otros senadores brindarán la misma cortesía. Si bien el concepto de cortesía senatorial no es una regla estricta, establece un sistema que permite a los senadores oponerse a las nominaciones con la confianza de que si no les agrada mucho un candidato en el futuro, otros senadores los apoyarán.
Hacer nombramientos políticos es un asunto delicado, especialmente para cargos como escaños en la Corte Suprema, porque se mantienen de por vida a menos que ocurra una falta grave. Estos cargos son ciruelas importantes para el presidente, y se tiene cuidado de entregarlos a la persona más adecuada. El proceso de confirmación le brinda al Senado la oportunidad de opinar sobre las nominaciones propuestas y oponerse a los nominados que el Senado considere que no son apropiados.
Algunas personas han criticado la cortesía senatorial, argumentando que les permite a los senadores ejercer un poder tremendo. Un candidato puede ser controvertido, pero muy adecuado para el puesto y puede ser rechazado como resultado de la cortesía senatorial. Esto tiene la tendencia a consolidar el poder y puede resultar en intentos de nominar a personas que no atraerán la ira mientras ignoran a las personas que podrían ser más adecuadas para un puesto.