¿Cuál es la relación entre el trastorno de pánico y el embarazo?

La relación entre el trastorno de pánico y el embarazo es que el embarazo puede aumentar la frecuencia y la gravedad de los ataques de pánico. Algunas personas sufren de trastorno de pánico antes de quedar embarazadas y el cambio de vida desencadena más ataques, mientras que otras lo desarrollan durante el embarazo debido a los desequilibrios hormonales. La combinación de trastorno de pánico y embarazo puede ser problemática porque si el trastorno no se trata, puede ser perjudicial tanto para la madre como para el feto. Los latidos cardíacos rápidos, la falta de aire y el miedo irracional son síntomas de un ataque de pánico. El tratamiento de la afección incluye terapia conductual, relajación y posiblemente medicación.

El trastorno de pánico y el embarazo pueden ser una asociación común. Las mujeres que tuvieron ataques de pánico antes del embarazo a menudo encuentran que los ataques se vuelven más frecuentes y severos durante el embarazo. Esto puede deberse en parte a tener que suspender la medicación o cambiar a una dosis más baja que sea segura para el embarazo. Los muchos miedos que surgen durante el embarazo también pueden provocar ataques, como el miedo a ser padre y la salud del bebé. El trastorno de pánico también puede desarrollarse si el embarazo es inesperado o no deseado.

Además, los cambios o desequilibrios hormonales pueden vincular el trastorno de pánico y el embarazo. Los desequilibrios hormonales pueden provocar cambios de humor, estrés, depresión y ansiedad. Todos esos factores pueden provocar ataques de pánico. Además, en las últimas etapas del embarazo, un aumento en la producción de serotonina puede provocar ataques más graves para las personas con un trastorno de pánico.

Hay varios efectos adversos con una combinación de trastorno de pánico y embarazo. El feto puede angustiarse, lo que ralentiza el desarrollo y debilita el sistema inmunológico. Existe un mayor riesgo de parto prematuro, bajo peso al nacer y enfermedad. También puede afectar el movimiento fetal y reducir la puntuación de Apgar. Los efectos del trastorno de pánico en la madre incluyen un mayor riesgo de preeclampsia, cesárea y rotura prematura de membranas. También puede provocar depresión posparto y dificultad para establecer vínculos con el bebé.

Los síntomas que surgen de la relación entre el trastorno de pánico y el embarazo pueden ser tanto físicos como emocionales. Uno puede tener latidos cardíacos rápidos y fuertes, dolor en el pecho, dificultad para respirar y mareos. Otros síntomas son sudoración acompañada de escalofríos o sofocos, temblores o temblores y entumecimiento en los dedos y las extremidades. Los signos emocionales incluyen miedo irracional, sentimientos de insuficiencia y pérdida de control, y una sensación de desapego de la realidad.

Uno debe buscar ayuda médica si tiene la combinación de trastorno de pánico y embarazo. El tratamiento típico incluye terapia conductual, aprendizaje del pensamiento positivo y técnicas de relajación como el yoga y la meditación. Un médico también puede recetar medicamentos en situaciones en las que los riesgos de ansiedad para la madre y el feto superan los riesgos de los medicamentos.