Una fístula de perilinfa es una abertura entre el oído interno y externo que permite que salga la perilinfa, el líquido que llena el oído interno. Hay varias razones por las que las personas pueden desarrollar fístulas perilinfa y hay varias opciones de tratamiento disponibles. El tratamiento generalmente es supervisado por un especialista en oído, nariz y garganta (ENT), un médico que se especializa en el cuidado del oído y puede brindar el más alto nivel de atención a los pacientes con problemas médicos relacionados con el oído.
Una de las causas más comunes de una fístula perilinfa es una lesión en la cabeza que daña las delicadas membranas entre el oído interno y externo. Los pacientes también pueden desarrollar fístulas como resultado de infecciones o traumatismos en el oído. En algunos pacientes, el orificio es congénito y el paciente tiene una fístula desde el nacimiento. Conocer la causa puede ser un aspecto importante del desarrollo de un plan de tratamiento.
La fuga de perilinfa interrumpe el sistema vestibular que media el sentido del equilibrio. Las personas con fístulas de perilinfa pueden desarrollar vértigo y mareos, sentir náuseas y tener dificultad para mantener el equilibrio. Algunos experimentan síntomas como vómitos. Estos síntomas a veces se ocultan por los síntomas relacionados con traumatismos y lesiones en la cabeza, como se ve cuando las personas tienen conmociones cerebrales, que también pueden causar mareos, náuseas y vómitos. Se recomienda un examen cuidadoso por un neurólogo y un otorrinolaringólogo para los pacientes con lesiones en la cabeza con el fin de identificar todas y cada una de las lesiones asociadas.
También conocida como fístula laberíntica, una fístula de perilinfa a menudo se trata de manera conservadora, esperando a ver qué sucede. El médico identificará la causa y la tratará, si es necesario, y controlará periódicamente al paciente para ver si el agujero se está curando por sí solo. Si no se produce la curación espontánea, será necesario considerar las opciones quirúrgicas. La reparación quirúrgica de una fístula de perilinfa puede incluir la inserción de tubos de drenaje en el oído o la reparación de las membranas del oído, según la naturaleza de la fístula.
Las personas que experimentan lesiones en la cabeza y notan síntomas como zumbidos en los oídos, náuseas, dificultad para equilibrarse y problemas de audición deben buscar atención médica. Estos síntomas pueden ser signos de una fístula perilinfa, junto con otras afecciones graves. Recibir tratamiento rápidamente reduce el riesgo de desarrollar complicaciones graves, como problemas de audición permanentes. Es útil proporcionar la mayor cantidad de información posible sobre los síntomas experimentados y las lesiones recientes, sin importar cuán menores puedan parecer, ya que esta información puede ser relevante para el diagnóstico y el tratamiento.