¿Cuáles son los síntomas de la pericarditis?

La pericarditis es la inflamación del tejido que rodea el corazón, llamado pericardio. En algunos casos, un ataque cardíaco, una cirugía del corazón, ciertos medicamentos o infecciones pueden causar pericarditis. La pericarditis también puede presentarse en personas que están completamente sanas pero que pueden haber tenido recientemente un virus menor. Cuando no se puede encontrar una causa directa, los médicos etiquetan esta última forma como pericarditis idiopática.

La pericarditis se caracteriza por un dolor extremo en el pecho. Por lo general, el dolor se siente debajo del esternón o el esternón. El dolor empeora al respirar. Este dolor no debe descartarse como pericarditis, que generalmente se resuelve por sí sola, pero requiere atención médica inmediata. Se siente un dolor similar al experimentar un ataque cardíaco u otras afecciones graves, y debe evaluarse de inmediato.

El dolor de pecho por pericarditis puede aumentar o disminuir cuando se cambia de posición. Acostarse puede resultar especialmente incómodo. Incluso una transición de estar sentado a estar de pie puede hacer que el dolor de la pericarditis mejore o empeore.

Las personas que experimentan pericarditis también pueden notar sensaciones dolorosas en el cuello y / o la espalda. El dolor en el estómago acompañado de dolor en el pecho puede ser excepcionalmente peligroso y no suele indicar pericarditis. En cambio, esto puede significar la ruptura de parte del tracto intestinal, una emergencia potencialmente mortal.

La pericarditis también puede ir acompañada de derrames pericárdicos, una acumulación de líquido entre el pericardio y el corazón. Una ligera fiebre y una sensación de intensa irritabilidad suelen acompañar a los derrames pericárdicos. Ciertas afecciones, como una cirugía reciente en el corazón, pueden predisponer a una persona más a sufrir derrames pericárdicos. La afección también puede deberse a una infección del corazón.

En algunos casos, el volumen de acumulación de líquido puede ejercer presión sobre el corazón y restringir su movimiento. Por lo general, los afectados pueden tener que tomar diuréticos para ayudar al cuerpo a eliminar el líquido o, en el peor de los casos, se realiza una punción en el pericardio para extraer el líquido con una aguja. Aunque este procedimiento suena aterrador, a menudo se realiza y tiene una alta tasa de éxito.

En todos los casos, quienes sospechen pericarditis deben buscar tratamiento médico inmediato. El diagnóstico puede confirmar la pericarditis o señalar otras afecciones muy graves que pueden poner en peligro la vida.