El índice de presión brazo-tobillo (ABPI) es una relación que se calcula con el propósito de evaluar a un paciente en busca de enfermedad arterial periférica (PAD). Compara la presión arterial tomada en la arteria braquial del brazo con la presión arterial medida en el tobillo o el pie. Esta prueba es indolora y no invasiva, y puede ser una herramienta de diagnóstico útil si un médico sospecha que un paciente puede tener una enfermedad arterial periférica. Sin embargo, hay algunos pacientes en los que esta prueba puede arrojar un falso negativo.
Para calcular el índice de presión brazo-tobillo, un médico o enfermero toma la presión arterial del paciente en su brazo, un procedimiento con el que muchos pacientes pueden estar familiarizados, y luego repite la prueba en el tobillo. La presión arterial del tobillo se divide por la presión arterial del brazo para devolver un valor. Los valores de 1.0 a 1.1 son indicadores de que el paciente no tiene enfermedad arterial periférica. A medida que los valores del índice de presión brazo-tobillo caen por debajo de 1.0, muestra que el paciente puede estar en riesgo o tener una enfermedad arterial periférica, dependiendo de qué tan baja sea la lectura.
Esta prueba generalmente se realiza primero mientras el paciente está en reposo, y luego se le pide al paciente que use una cinta de correr durante unos minutos para que la prueba pueda repetirse. En pacientes que no tienen enfermedad arterial periférica, los valores deben ser los mismos con la segunda lectura. Si un paciente está en riesgo o tiene una enfermedad de las arterias periféricas, el índice de presión brazo-tobillo después de la sesión de cinta será más bajo, lo que muestra que la sangre tiene dificultades para llegar a las piernas.
Hay varias condiciones que pueden ocultar los resultados de la prueba. Estos incluyen enfermedad arterial periférica no diagnosticada en el brazo, lo que hará que la lectura de la presión arterial en el brazo sea más baja de lo que sería en una persona sana. Las condiciones que conducen al endurecimiento o calcificación de las arterias también pueden interferir, ya que conducen a una presión arterial elevada en las piernas y, por lo tanto, devuelven un resultado falso negativo.
Si esta prueba de diagnóstico revela que un paciente está en riesgo o ha desarrollado un bloqueo parcial en las arterias que irrigan las piernas, el médico puede discutir las opciones de tratamiento. En los pacientes que simplemente se identifican como en riesgo con su índice de presión brazo-tobillo, algunos cambios en el estilo de vida pueden resolver el problema y prevenir la aparición de una enfermedad vascular. En los pacientes que ya están experimentando bloqueos arteriales, existen opciones de tratamiento disponibles para abordar los bloqueos.