La trombocitopenia es un trastorno en el que el cuerpo no puede producir una cantidad adecuada de plaquetas o en el que se destruyen las plaquetas en el torrente sanguíneo, el hígado o el bazo. La afección puede ser congénita, puede resultar de una infección o ser un efecto secundario de un medicamento. Las deficiencias dietéticas, los trastornos autoinmunitarios y los tratamientos médicos también pueden causar trombocitopenia.
Las condiciones hereditarias son una de las causas de la trombocitopenia. Por ejemplo, la anemia de Falconi es una afección congénita que puede afectar la formación de plaquetas en la médula ósea a nivel molecular. Los investigadores creen que la enfermedad produce proteínas que interfieren con la producción normal de ácido desoxirribonucleico (ADN). Las células no pueden desarrollarse normalmente o reproducirse sin la codificación genética adecuada. La síntesis de ADN y proteínas también puede verse alterada por infecciones bacterianas, fúngicas o virales graves.
La quimioterapia y el medicamento anticonvulsivo ácido valproico a menudo interfieren con las proteínas necesarias para la producción de plaquetas, lo que da lugar a trombocitopenia. Las causas de la trombocitopenia también pueden incluir deficiencias de vitaminas. El ácido fólico, también conocido como vitamina B9, y la vitamina B12 son necesarios para la producción de proteínas. El consumo excesivo de alcohol puede inhibir la absorción de vitaminas y causar trombocitopenia al interferir con la producción de proteínas.
Cuando las plaquetas y otras células sanguíneas no maduran adecuadamente, pueden morir en la médula ósea o poco después de ingresar al torrente sanguíneo. Estas acumulaciones de células muertas pueden dificultar el desarrollo y la circulación de las plaquetas. Las vías obstruidas en la médula ósea y el torrente sanguíneo pueden generar más muerte celular y trombocitopenia. Los procesos y sustancias químicas autoinmunes también causan trombocitopenia por destrucción directa de las plaquetas.
El lupus y la artritis reumatoide suelen desencadenar respuestas inmunitarias que atacan al propio cuerpo. Estas respuestas pueden ser una de las causas de la trombocitopenia cuando los anticuerpos consumen o destruyen las plaquetas. La quimioterapia, la heparina, las infecciones y diversas sustancias tóxicas también pueden contribuir a la disminución del recuento de plaquetas de esta manera. Los anticuerpos producidos a través de una respuesta autoinmune generalmente se adhieren a las plaquetas y desencadenan una acción destructiva cuando las plaquetas atraviesan el hígado o el bazo.
Las transfusiones de sangre, el cáncer y la cirugía también pueden ser causas de trombocitopenia, ya que pueden producir una afección conocida como coagulación intravascular diseminada (CID). El cuerpo responde inicialmente a una lesión percibida liberando proteínas. Estas proteínas pueden volverse hiperactivas, creando numerosos coágulos de sangre que impiden la circulación y la función de los órganos. La liberación masiva de proteínas eventualmente causa el agotamiento, lo que disminuye el desarrollo y la función de las plaquetas. Posteriormente, los pacientes experimentan un sangrado excesivo y una mayor pérdida de plaquetas.