¿Qué es el malestar?

El malestar es una sensación de malestar general. Es uno de los síntomas de enfermedad más perniciosos y comunes que experimentan personas con una amplia gama de afecciones médicas. A menudo, este sentimiento es la primera señal de que alguien no se encuentra bien. Las personas pueden referirse a sentirse “de mal humor”, “mal del tiempo” o simplemente “indispuesto”, y los detalles pueden variar de persona a persona y de caso a caso. Si bien no es un síntoma muy específico, puede ser una pista de que una persona está experimentando un problema subyacente y podría beneficiarse de algo de atención.

Un aspecto común del malestar es la depresión, que puede incluir desinterés por el entorno, tristeza, sentimientos de desesperanza y falta de interés en actividades que antes eran interesantes. La depresión puede volverse bastante grave para algunos pacientes, especialmente aquellos con antecedentes de episodios depresivos u otros problemas de salud mental. Para algunas personas, este sentimiento puede llevar a querer permanecer en la cama todo el día, dormir profundamente y desconectarse de las actividades sociales y del mundo en general.

Otros aspectos del malestar pueden incluir fatiga, náuseas, mareos, aturdimiento, sudoración, escalofríos, fiebre y dolores de cabeza. Las personas también pueden sentirse en general “fuera de lugar”, aunque es posible que no puedan identificar ningún síntoma específico. También puede ir acompañado de dificultad para procesar información visual o audible, dificultad para concentrarse y dificultad para concentrarse.

Los procesos patológicos subyacentes, como infecciones, inflamaciones, cánceres, etc., pueden provocar una sensación general de malestar como síntoma temprano. Las personas también pueden experimentar una sensación de malestar general como resultado del hambre, la sed, la fatiga o el estrés. En estos casos, a menudo es provocado por el nervio vago, que puede provocar una respuesta vasovagal. El nervio vago puede hacer que las personas se sientan mareadas o aturdidas, y también puede estar asociado con desmayos, cambios en la visión y malestar en el pecho.

El malestar persistente no suele ser suficiente para enviar a alguien a un profesional médico, pero puede ser una pista. Al hablar de los síntomas, puede ser bueno que los pacientes mencionen cuándo empezaron a sentirse mal, incluso si fue días o semanas antes de la aparición de síntomas más específicos. También es una buena idea que las personas sean lo más específicas posible acerca de sus síntomas; En lugar de decir «Me duele», por ejemplo, un paciente podría decir «Me duelen las articulaciones por la mañana» o «Me duelen las piernas después de estar sentado en la misma posición por un tiempo».