La acromatopsia es una afección de la visión que hace que el individuo sea casi o completamente daltónico. También conocida como monocromacia de varillas, la afección es hereditaria y, a menudo, implica una disminución de la agudeza visual, así como una reducción en la capacidad para distinguir colores. Si bien es incurable, existen formas de compensar la afección y minimizar algunos de los síntomas.
La causa subyacente de la acromatopsia es la falta de conos en la retina del ojo. Los conos, también conocidos como fotorreceptores de cono, son responsables de la capacidad de distinguir diferentes colores, así como de mejorar la nitidez de la luz procesada por los fotorreceptores de varilla. Cuando se reduce el número de conos en el centro de la retina, es posible que el individuo no pueda percibir ciertos colores primarios o cualquier color secundario creado a partir de una mezcla de esos colores. Cuando los conos están casi completamente ausentes, el daltonismo puede ser extremo, sin capacidad para distinguir colores en absoluto.
Esta misma falta de una cantidad normal de conos en la retina también tiene un impacto en la agudeza visual. Debido a que los fotorreceptores de varilla tienden a saturarse a niveles más altos de iluminación, el resultado para las personas que padecen acromatopsia es que los ojos se ven abrumados por el brillo. Los objetos pueden aparecer borrosos y la visión a distancia es especialmente pobre.
Si bien no existe una cura para la acromatopsia, es posible minimizar algunos de los síntomas y al menos mejorar la calidad general de la visión. Los lentes con tintes especiales, ya sea en forma de anteojos o lentes de contacto, pueden ayudar a realizar parte de la función de los conos faltantes y hacer que sea mucho más fácil disfrutar de un rango de visión más nítido. Dependiendo de la gravedad de la afección, un acromático puede optar por usar lentes protectores de diferentes tonos. Esto permite disfrutar de la mejor calidad de visión posible en diferentes momentos del día.
Algunas personas que padecen esta afección pueden optar por evitar la luz solar directa y utilizar cantidades limitadas de luz artificial en el hogar. El control de la cantidad de exposición a la luz permite realizar una serie de tareas cotidianas, ya que es menos probable que el individuo que padece la afección se encuentre con situaciones en las que la luz brillante cause dolor en los ojos extremadamente sensibles. En situaciones en las que no es posible controlar la cantidad de exposición a la luz, es posible compensar parcialmente con un parpadeo frecuente de los ojos y entrecerrar los ojos de vez en cuando.
Es importante tener en cuenta que, si bien la acromatopsia es una afección hereditaria, no hay garantías de que la disminución del número de conos retinianos se traslade automáticamente de una generación a la siguiente. Las estadísticas actuales indican que esta forma de daltonismo es extremadamente rara, con solo una de cada 33,000 personas exhibiendo una falta reducida o completa de fotorreceptores de cono. La mejora continua en la producción de anteojos tintados, incluidas las lentes de contacto capaces de adaptarse a varios niveles de luz solar, también ofrece una esperanza adicional para las personas que padecen esta afección.