Halitofobia es un término médico que se utiliza para describir un miedo delirante de tener mal aliento, también conocido como halitosis. En muchos casos, no hay nada que los amigos y familiares puedan hacer para convencer a la persona afectada de que esto no es cierto. Los posibles síntomas de la halitofobia incluyen miedo a exhalar, depresión y aislamiento social. Esta condición puede ser causada por un trauma psicológico, trastorno obsesivo compulsivo o hipocondría, aunque no siempre se puede determinar la causa directa. El tratamiento para la halitofobia puede implicar el uso de productos para refrescar el aliento, medicamentos recetados o terapia psicológica.
La mayoría de los profesionales médicos consideran que la halitofobia es un trastorno mental, porque por lo general no se puede convencer al paciente de que no hay mal aliento. Una persona con esta afección puede cepillarse los dientes de manera obsesiva varias veces al día o masticar chicle constantemente o usar mentas para el aliento en un esfuerzo por enmascarar el olor bucal imaginario. La depresión y el aislamiento social son comunes y generalmente están relacionados con un miedo irracional al rechazo si alguien se acerca lo suficiente como para oler el aliento de la persona con este trastorno.
Hay varias causas posibles para el desarrollo de la halitofobia, pero la causa directa puede estar tan profundamente arraigada en la psique que nunca se diagnostica clínicamente. En muchos casos, el paciente ha quedado traumatizado emocionalmente por comentarios o burlas sobre el mal aliento. Esto ocurre a menudo durante la niñez y los sentimientos de rechazo o burla permanecen con la persona hasta la edad adulta. Las causas adicionales de halitofobia pueden incluir trastornos como la hipocondría o el trastorno obsesivo compulsivo. Las enfermedades psicológicas que pueden causar delirios, como la esquizofrenia o el trastorno bipolar, también pueden contribuir al desarrollo de la halitofobia.
El tratamiento para la halitofobia puede ser un poco complicado y puede llevar una cantidad significativa de tiempo encontrar un método o una combinación de métodos que funcionen de forma individual. Las mentas para el aliento, la goma de mascar y otros refrescantes del aliento pueden ayudar en casos leves, pero estas medidas no abordan el elemento psicológico de esta afección. Un dentista puede diagnosticar y tratar cualquier afección dental que pueda contribuir al mal aliento, incluidas las infecciones orales o las caries. Es posible que se necesiten medicamentos recetados para tratar algunos de estos problemas.
Se puede recomendar una evaluación psicológica para aquellos con síntomas graves asociados con el miedo a tener un aliento ofensivo. La terapia puede ayudar al paciente a sobrellevar cualquier miedo o delirio irracional y puede ayudar al paciente a cambiar las percepciones de eventos traumáticos previos. Cualquier trastorno delirante subyacente puede ser diagnosticado y tratado por un psiquiatra.