Los delirios persecutorios son síntomas característicos de un tipo de psicosis paranoide. Los psicólogos los describen como miedos, creencias o alucinaciones injustificados de que otras personas quieren causar daño al individuo. La mayoría de las personas que experimentan este tipo de delirios aún pueden funcionar normalmente en su vida diaria, aunque es posible que se sientan constantemente ansiosas e irritables. Los trastornos delirantes generalmente se pueden tratar con una combinación de medicamentos y asesoramiento, aunque puede ser extremadamente difícil convencer a una persona con delirios persecutorios para que acepte la ayuda de los demás.
Algunas personas experimentan delirios al mismo tiempo que otros trastornos mentales, como la esquizofrenia, aunque la mayoría de las personas que tienen pensamientos persecutorios son por lo demás saludables. Una persona puede sentir que está siendo constantemente vigilada o seguida por otras personas que quieren hacerle daño. Una víctima podría pensar que sus compañeros de trabajo están conspirando contra él o que los espías del gobierno lo vigilan constantemente. Los delirios pueden incluir el temor de ser envenenado en restaurantes o de ser atacado por extraños cuando salga a caminar o conducir.
Una persona que tiene delirios persecutorios a menudo crea sistemas de creencias completos o construcciones mentales para justificar sus miedos. En la mente de un individuo paranoico, las creencias se racionalizan hasta el punto de que está absolutamente convencido de que las amenazas son reales e inminentes. Es muy común que las personas delirantes hagan llamadas frecuentes a la policía y presenten demandas civiles contra otras personas, a pesar de que en realidad no están siendo acosadas o lastimadas.
Los médicos y psicólogos no están seguros de las causas exactas de los delirios persecutorios. Las investigaciones sugieren que la genética juega un papel importante en el desarrollo de trastornos delirantes, ya que muchas personas tienen antecedentes familiares de enfermedades mentales. Estos delirios también pueden estar relacionados con los mismos desequilibrios químicos en el cerebro que causan depresión y esquizofrenia. Finalmente, algunos psicólogos creen que el estrés excesivo puede causar delirios persecutorios.
Los médicos pueden diagnosticar trastornos delirantes haciendo preguntas sobre los síntomas y realizando pruebas de imágenes cerebrales para detectar anomalías. Una vez que un paciente ha sido diagnosticado, generalmente se le administran medicamentos antipsicóticos y se programan para asistir a reuniones regulares con un psicólogo o psiquiatra. La psicoterapia puede ser muy eficaz si un paciente está dispuesto a ser abierto y honesto con su psicólogo. El apoyo y la tranquilidad de los seres queridos también es importante para ayudar a la persona a sentirse cómoda y comenzar a generar confianza.