El retraso psicomotor, también conocido como deterioro psicomotor, es un síntoma de algunos trastornos psicológicos que implican una reducción general de la velocidad del pensamiento y dificultad o lentitud en el movimiento y el habla. Hay algunos trastornos mentales diferentes que pueden causar deterioro en las habilidades motoras; tales síntomas son comunes en casos de depresión severa y trastorno bipolar. Aunque puede ser causado puramente por factores mentales, también se cree que está asociado con algunas afecciones físicas, como la enfermedad de Parkinson, así como con algunos medicamentos, en particular los psiquiátricos cuando se toman en dosis inadecuadas.
El retraso psicomotor puede presentarse de muchas formas, que van desde una lentitud general del movimiento hasta la dificultad para hablar con coherencia. A menudo se presenta simplemente como una dificultad para motivarse, un rasgo característico de quienes padecen depresión. Las tareas simples, como ducharse o incluso levantarse de la cama por la mañana, pueden parecer extraordinariamente difíciles. En otros casos, esta deficiencia se presenta en una forma que se asemeja a una discapacidad motora física. Uno puede encontrar que de repente es muy difícil levantar objetos relativamente livianos, como platos o libros, o que caminar cuesta arriba se ha vuelto mucho más desafiante que nunca.
A veces, el retraso psicomotor afecta los procesos mentales más que los físicos, pero el efecto es generalmente el mismo: actividades que antes eran simples se vuelven difíciles sin razón aparente. La aritmética básica, como la que se usa para pagar los artículos en la tienda, puede volverse repentinamente confusa o desafiante. Otras tareas mentales, como buscar direcciones en un mapa o planificar el horario de uno, también pueden volverse inexplicablemente difíciles.
En algunos casos, los desafíos asociados con el retraso psicomotor están relacionados con la distancia. Las personas pueden funcionar con relativa normalidad si no necesitan salir de su casa o su habitación. Esto tiende a causar dificultades, ya que la mayoría de las personas necesitan salir de casa de vez en cuando para trabajar, ir a clases, ir de compras o transportar a los niños.
El tratamiento del retraso psicomotor generalmente está relacionado con el tratamiento de su causa subyacente, que suele ser depresión grave o trastorno bipolar. El tratamiento a veces implica terapia; las personas que se reúnen con terapeutas de forma regular a veces pueden progresar más allá de sus enfermedades y llevar una vida mentalmente sana. En otros casos, la naturaleza del trastorno requiere medicación. Los medicamentos tienden a estabilizar el estado de ánimo de las personas y a liberarlas de los síntomas de sus enfermedades, pero a menudo conllevan un riesgo de dependencia u otros efectos secundarios desagradables. Si la medicación o la dosificación inadecuada están causando el problema, puede ser útil cambiar a un medicamento diferente o ajustar la dosis bajo la supervisión de un médico.