¿Qué es una infección intestinal bacteriana?

Una infección bacteriana del intestino es una enfermedad que ocurre en el tracto intestinal causada por la colonización de bacterias dañinas. Muchas de estas infecciones pueden resolverse por sí solas con cuidados de apoyo. Es posible que se requiera tratamiento con infecciones agresivas o resistentes para prevenir complicaciones. Estas infecciones son especialmente comunes en regiones con un saneamiento deficiente donde las personas pueden estar expuestas a alimentos y agua contaminados. Otros organismos, como los virus, también pueden asentarse en el intestino y causar síntomas similares, lo que puede ser un problema si el paciente requiere tratamiento.

Los culpables comunes de una infección intestinal bacteriana incluyen Shigella, Salmonella, Escherichia coli y Salmonella. Estas bacterias pueden ingresar a los suministros de agua y alimentos de diversas formas. Una vez que llegan al intestino, pueden desplazar las bacterias nativas que ayudan con la digestión. Los pacientes pueden experimentar síntomas como náuseas, diarrea, vómitos y dolor abdominal. La infección intestinal bacteriana puede desaparecer después de varios días, a menos que el paciente tenga un sistema inmunológico comprometido o las bacterias sean inusualmente agresivas.

La complicación más frecuente de estas infecciones es la deshidratación. Los pacientes pueden perder agua a través de los vómitos y la diarrea, y podrían tener problemas para beber suficiente líquido para compensar la pérdida. Es importante que un paciente con una infección intestinal bacteriana ingiera muchos líquidos, incluidas soluciones de rehidratación oral, si el paciente ha tenido síntomas durante varios días. También existe el riesgo de complicaciones más graves como la septicemia, donde las bacterias ingresan al torrente sanguíneo y causan infecciones sistémicas.

Se pueden usar antibióticos orales para una infección que no se resuelve por sí sola. Estos medicamentos pueden alterar las bacterias intestinales normales, en cuyo caso el paciente puede notar diarrea y malestar continuos mientras toma los medicamentos. Algunos médicos pueden recomendar tomar probióticos o comer yogur con cultivos vivos para reconstruir la población de bacterias beneficiosas en los intestinos y compensar estos síntomas. Es importante completar el curso de la medicación, a menos que se desarrolle una reacción alérgica grave.

En el caso de una infección intestinal bacteriana grave, el paciente podría requerir hospitalización. Esto puede ocurrir si se desarrolla una deshidratación extrema o si el paciente parece tener signos de septicemia. En el hospital, el paciente puede recibir líquidos y antibióticos por vía intravenosa. La atención puede implicar un seguimiento para identificar y tratar las complicaciones a medida que se desarrollan. Es posible que sea necesario aislar al paciente si existe la preocupación de que la infección involucre bacterias resistentes a los medicamentos que podrían representar un riesgo para la salud de otros pacientes en la instalación.