Las infecciones neonatales más comunes se transmiten de la madre al bebé en el útero o cuando nace el bebé. Algunas infecciones neonatales, como la meningitis y la sepsis, se desarrollan después del nacimiento, ya sea por la lactancia materna o por la exposición a un virus o bacteria en el entorno hospitalario. Varias bacterias, como Listeria monocytogenes y estreptococos del grupo B, provocan infecciones neonatales. Ciertos virus, como el herpes y la hepatitis, también son causas comunes de infecciones en los recién nacidos.
La meningitis es un tipo de infección neonatal que generalmente es causada por varios tipos de bacterias. Los bebés que nacen con un sistema inmunológico debilitado tienen más probabilidades de contraer meningitis, ya sea durante el parto o por exposición posterior. Puede ser difícil diagnosticar la meningitis inicialmente, ya que los síntomas no son específicos e incluyen irritabilidad, negarse a comer y somnolencia. Si no se trata, la meningitis hará que los puntos blandos de la cabeza del bebé se inflamen.
La infección se puede diagnosticar mediante una punción lumbar, durante la cual un médico insertará una aguja en la columna vertebral del bebé para extraer el líquido. Si una bacteria o un hongo causan la meningitis, se puede tratar con antibióticos. Una infección viral se tratará con un medicamento antiviral. Por lo general, el bebé tendrá que pasar tiempo en la unidad de cuidados intensivos mientras se recupera.
El estreptococo del grupo B es una bacteria responsable de una infección por meningitis neonatal. También puede provocar algunas otras infecciones neonatales, como neumonía y sepsis. Un bebé con neumonía puede tener dificultad para respirar y fiebre. Los antibióticos normalmente curarán cualquier infección causada por el estreptococo del grupo B.
La sepsis es una infección causada no solo por bacterias, sino también por virus, hongos y parásitos. Los síntomas de la sepsis se parecen a los de la meningitis, lo que dificulta el diagnóstico de la enfermedad. Un médico puede realizar una punción lumbar o tomar una muestra de sangre para determinar si un bebé tiene sepsis. El tratamiento incluye observación en el hospital junto con un ciclo de antibióticos o medicamentos antivirales.
Las infecciones neonatales comunes también incluyen el herpes simple 2, que una madre puede transmitir a su bebé durante el parto. Un bebé con herpes generalmente mostrará síntomas alrededor de la primera o segunda semana de vida. El herpes puede localizarse en la piel o las membranas mucosas de un bebé o en todo su cuerpo. Si no se trata, una infección por herpes localizada puede extenderse por todo el cuerpo.
El herpes neonatal se puede tratar con aciclovir, un medicamento antiviral disponible en forma de píldora o ungüento tópico. Algunos bebés pueden necesitar apoyo adicional, como líquidos por vía intravenosa y un respirador. La transmisión del herpes neonatal de madre a hijo se puede prevenir realizando una cesárea durante el parto.