La manorexia es un término que se refiere a los hombres que padecen el trastorno alimentario, anorexia nerviosa. La manorexia no es un término médico oficial, pero los medios de comunicación la mencionan a menudo en los informes médicos. En 2006, una importante red de noticias publicó una historia sobre el aumento de la manorexia, estimando que un millón de hombres en los Estados Unidos la padecían.
La anorexia nerviosa, o simplemente anorexia, es un trastorno psicológico de la alimentación que hace que las personas sigan una dieta fuera de control, a menudo hasta el punto de morir de hambre. Los expertos creen que la anorexia proviene de la necesidad de un individuo de controlar su cuerpo y se obsesionan con la pérdida de peso por temor a perder el control y tener sobrepeso. La obsesión se convierte en una compulsión y, al igual que otras adicciones, se vuelve difícil o imposible de controlar e incluso más difícil de admitir.
La anorexia se caracteriza por la negativa a mantener un peso corporal normal mínimo y el miedo a la obesidad a pesar de que el individuo en realidad tiene bajo peso. La mayoría de las personas que sufren de anorexia tienen una visión distorsionada de su cuerpo y, por lo tanto, no reconocen que tienen bajo peso. Suelen practicar una alimentación restrictiva, alegando saciedad aunque apenas comen o practican atracones y purgas, o vómitos autoinducidos.
Aunque la anorexia es típicamente un trastorno que afecta a las mujeres, los expertos médicos estiman que la manorexia, o anorexia que afecta a los hombres, representa aproximadamente el 10% de los casos. Las causas de la manorexia frente a la anorexia en las mujeres pueden verse de manera diferente, ya que las mujeres tienden a sufrir problemas de autoestima subyacentes más que los hombres. Algunos expertos creen que los hombres pueden sufrir por diferentes razones, que a menudo pueden ser la adicción a las drogas o el alcohol y la depresión.
En el caso de los varones anoréxicos, el tratamiento está en línea con el de las mujeres. Implica asesoramiento psicológico para ayudar al paciente a superar los problemas subyacentes relacionados con su trastorno alimentario. En casos graves, para las personas que pueden haberse muerto de hambre hasta el punto de sufrir daños en los órganos, deshidratación y desnutrición, puede ser necesaria la hospitalización para la administración de líquidos por vía intravenosa. El tratamiento se centra en el aumento de peso y se logra con terapia psicológica y asesoramiento nutricional.