¿Cuáles son los pros y los contras de las pruebas genéticas prenatales?

Someterse a pruebas genéticas prenatales tiene varios pros y contras. En el lado positivo, permite planificar posibles problemas de desarrollo, determinar la viabilidad del feto y establecer la paternidad. En el lado negativo, conlleva el riesgo de dañar al feto y puede aumentar la probabilidad de aborto espontáneo. Las pruebas genéticas tampoco son 100% precisas y pueden causar problemas emocionales a la mujer o la pareja si se enfrentan a la decisión de interrumpir el embarazo.

Las pruebas genéticas prenatales pueden proporcionar a los padres la información necesaria para planificar las necesidades especiales que pueda tener su futuro hijo. Puede determinar si existen defectos congénitos como el labio leporino o la espina bífida, lo que brinda a los padres tiempo para planificar las opciones de tratamiento y las posibles cirugías. Para problemas de desarrollo como el síndrome de Down y otras trisomías como el síndrome de Edward, las pruebas genéticas prenatales les dan a los padres tiempo para prepararse para la posibilidad de criar a un niño con tal condición.

En la mayoría de los embarazos, un feto que es incompatible con la vida abortará. Sin embargo, hay algunos casos en los que el embarazo continúa, independientemente del hecho de que es casi seguro que el feto fallezca inmediatamente después del nacimiento. En estos casos, las pruebas genéticas prenatales pueden ser útiles para determinar si es seguro o beneficioso llevar el embarazo a término, protegiendo así la salud de la madre y protegiendo al feto de dolores innecesarios.

Otra ventaja de las pruebas genéticas prenatales es establecer la paternidad antes de que nazca el niño. Esto puede agilizar los arreglos de custodia y manutención de los hijos. Las pruebas genéticas se pueden realizar con una amniocentesis relativamente temprano en el embarazo. El ADN obtenido de esta prueba se puede comparar con el ADN de los posibles padres para determinar quién es legalmente responsable del niño.

Posiblemente, una de las mayores desventajas de las pruebas genéticas prenatales es el impacto emocional que puede tener en ambos padres. Este tipo de prueba a menudo les da la opción de continuar o no con el embarazo. Para algunos, esto puede considerarse algo bueno. Sin embargo, puede aumentar las posibilidades de trauma emocional o culpa en términos de llevar a término o decidir terminar.

Si bien las pruebas genéticas mejoran cada año, aún existen ciertos riesgos. Las dos pruebas genéticas más comunes, vellosidades crónicas y amniocentesis, aumentan el riesgo de aborto espontáneo y, en algunos casos, pueden potencialmente dañar al feto. Este tipo de prueba tampoco siempre es precisa. Los fetos diagnosticados con ciertos problemas pueden nacer perfectamente sanos, y los que se cree que están sanos en el útero pueden no serlo.