¿Cuáles son los síntomas de la peste negra?

Los síntomas más conocidos de la peste negra son las protuberancias elevadas alrededor de los ganglios linfáticos, generalmente conocidas como bubones. A medida que la persona se enferma, estos tienden a oscurecerse, de ahí el nombre de “muerte negra”. Otros síntomas de la peste negra son en realidad bastante similares a un caso grave de gripe. Los pacientes a menudo desarrollarán fiebre, dolores musculares, fatiga y, a veces, vómitos. En realidad, el término «muerte negra» no se usa con tanta frecuencia como antes, y ahora, con mayor frecuencia, la enfermedad se llama «peste bubónica» o simplemente «la plaga».

No pasa mucho tiempo después de que aparecen los síntomas de la peste negra para que el paciente muera, y esta es una de las razones por las que aún puede ser muy peligroso incluso con los tratamientos médicos modernos. Dado que muchos de los síntomas son relativamente comunes en trastornos mucho menos mortales, es posible que las personas no siempre busquen los tratamientos que necesitan. A veces, las personas pueden morir dentro de los tres días posteriores a mostrar los primeros síntomas, y esto no le da mucho tiempo a la persona para darse cuenta de que está sufriendo la Peste Negra o incluso para reconocer la posible gravedad de su enfermedad.

La peste neumónica, que es una infección respiratoria de la misma bacteria que causa la peste negra, conduce a un tipo de neumonía mortal, y este tipo de peste a veces puede transmitirse por el aire, lo que la hace mucho más peligrosa. La peste bubónica, por otro lado, generalmente se transmite a través de las picaduras de insectos parásitos que también se han alimentado de la sangre de roedores infectados. En el pasado, las personas a menudo vivían en circunstancias muy insalubres y, en general, no tenían ningún método confiable de control de plagas. Como resultado, sus hogares a menudo estaban infestados de ratas y otros roedores de una manera mucho más severa de lo que sería común en épocas más modernas.

Durante épocas históricas, la combinación de técnicas médicas poco fiables y la prevalencia de roedores conducen a terribles epidemias de peste negra. Según muchos expertos, millones de personas murieron, diezmando en gran medida muchas poblaciones históricas. Algunas de las peores epidemias de peste negra ocurrieron en China y Europa.

Con el tiempo, se desarrollaron tratamientos más fiables y las personas encontraron mejores formas de protegerse de la infestación de roedores. En términos generales, los antibióticos se han convertido en el enfoque más común cuando un paciente muestra síntomas de peste negra. Por lo general, estos medicamentos pueden combatir las bacterias con bastante eficacia, pero el tratamiento temprano generalmente es crucial para brindar al paciente la mejor oportunidad de recuperación.