El envenenamiento por radiación es el nombre común de lo que el Centro para el Control de Enfermedades de EE. UU. Clasifica como síndrome de radiación aguda (ARS). La afección es causada por una exposición excesiva a la radiación ionizada, que puede afectar permanentemente las células del cuerpo. La mayoría de las personas no están expuestas a niveles suficientes de radiación en la vida diaria para causar ARS, pero quienes trabajan con materiales radiactivos o están sujetos a una sola dosis alta de radiación tienen un mayor riesgo de contraer envenenamiento por radiación.
Los científicos que realizaron los primeros experimentos con materiales radiactivos a finales del siglo XIX descubrieron el envenenamiento por radiación. Nikolai Tesla, un famoso inventor y científico, describió las quemaduras que recibió después de exponer sus manos a la tecnología de rayos X temprana. La famosa científica Marie Curie dedicó su vida a comprender la radiación y sus usos, y murió de cáncer que se cree que es causado por una exposición constante a la radiación.
Aunque los peligros de trabajar con materiales radiactivos estaban claros en la década de 1940, el mundo no estuvo expuesto a las verdaderas posibilidades destructivas del ARS hasta el bombardeo nuclear de Hiroshima y Nagasaki en 1945. Algunos expertos sugieren que el envenenamiento por radiación representa casi el 20% de todos personas muertas a raíz de los bombardeos. Los estudios continuos en las décadas posteriores han mostrado un aumento en los cánceres y otras enfermedades asociadas atribuidas a la exposición a la radiación.
Los síntomas típicos de la intoxicación por radiación comienzan con náuseas y vómitos intensos. Si una persona se expone a una sola dosis alta de radiación, estos síntomas pueden comenzar en cuestión de horas. La fiebre y la fatiga suelen aparecer a continuación, seguidas de una posible caída del cabello, diarrea o sangre en las heces y la orina, mareos y una caída de la presión arterial. En casos de exposición severa, la muerte ocurre en aproximadamente la mitad de todos los casos.
Las personas expuestas a bajas dosis de radiación durante un período prolongado, como los trabajadores bioquímicos, pueden tener más probabilidades de desarrollar otras enfermedades causadas por la enfermedad crónica por radiación. A menudo, las personas que sufren una exposición crónica tienen un riesgo significativamente mayor de padecer cánceres y tumores. La enfermedad por radiación daña las células, los tejidos y los órganos, así como el sistema inmunológico, por lo que todo el cuerpo está en riesgo de sufrir una posible enfermedad en el futuro.
Desafortunadamente, todavía no existen tratamientos que puedan curar la enfermedad por radiación. Aunque algunos medicamentos se encuentran actualmente en pruebas gubernamentales para combatir los efectos, el tratamiento actual simplemente alivia el dolor de las víctimas y trata de prevenir infecciones o problemas adicionales. Es posible recuperarse de la enfermedad por radiación, pero la probabilidad de supervivencia depende del nivel de exposición y la salud personal, y no hay garantía de seguridad contra el desarrollo de cánceres asociados a la radiación debido al daño celular.